martes, 17 de diciembre de 2013

COHERENCIA Y COHESIÓN - "DESINTONIZAR LA TELEBASURA"

Desintonizar la telebasura

El texto que vamos a comentar fue escrito por Andrés Villanueva el 21 de febrero de 2011 y publicado en Público. Este artículo está formado por un titular (“Desintonizar la telebasura”) y un cuerpo argumentativo compuesto por veintinueve líneas divididas en cinco párrafos de parecida extensión.
Este texto trata del rechazo o la crítica a la mala televisión, así como propone una invitación a cambiar de programación.
Nos habla Andrés Villanueva, a través de varios ejemplos y casos concretos, sobre la mala programación de la televisión actual y sobre que, de alguna manera, todo el mundo sigue pero a la vez critica. Acaba proponiendo un cambio en los canales y, sobre todo, en las elecciones de los espectadores.
Internamente, podemos dividir el texto en dos partes:
1)      Los tres primeros párrafos son un listado de ejemplos y casos concretos sobre la mala televisión y la actitud de los espectadores ante ella.
2)      Los dos últimos párrafos: en ellos se hace una reflexión sobre dicha programación y se propone una solución: “Desintonizar la telebasura podría ser una forma cualquiera de hacerlo”.
La solución que se propone en la segunda parte del texto es la tesis, por lo cual es explícita y la estructura del texto es sintetizante o inductiva. Dicha tesis se apoya en una serie de argumentos: argumento de datos y cifras (“80% de los canales TDT”, línea 21), de autoridad (Ignatius Reilly) y argumentos de analogía y ejemplo (párrafos segundo, tercero y cuarto: “los últimos movimientos de Belén Esteban” –línea 8-, “Gran Hermano” –línea 12-, “tertulias políticas en las que los periodistas discuten sobre…” –líneas 14-15-, “cuántos oyente de Jiménez Losantos…” –líneas 15-16-).
Para terminar de analizar la coherencia del texto, hablaremos de la progresión temática del mismo. Esta es de tema constante, puesto que el rema en todo el texto es la mala televisión y sus remas son los ejemplos que da y la solución que propone.

Pasamos a continuación a analizar la cohesión del texto. Entendemos por cohesión la unión entre los elementos lingüísticos que componen en el texto, la cual se puede confirmar a través de distintos recursos.
En el plano léxico-semántico, señalamos las redes internas que se establecen entre las palabras del texto. En primer lugar, destacamos el núcleo temático. Aquí encontramos el fenómeno de la recurrencia con palabras como “desintonizar” (titular, 27), “telebasura” (titular, 28), “contenido” (4, 13, 22), “ciudadanos” (7, 24), “programa”·(2, 5, 16). De entre ellas, destacamos como palabras claves “desintonizar” y “telebasura”, por ser las más significativas en cuanto al contenido (y la coherencia).
En segundo lugar, hablamos de las relaciones léxicas, donde encontramos la familia léxica “televisor” (2), “televisión” (7), “telebasura” (titular, 28), “TDT” (21) y “televisivo” (9).
Respecto a las relaciones semánticas, localizamos varios casos de sinonimia, como “criminal” y “terrorista” (15), “favoreciendo” y “refuerza” (10 y 13), “programas” y “formatos” (5 y 17), “canales” y “emisoras” (21 y 23), “seguidor” y “admirador” (5 y 2), etc.
En cuanto a la antonimia, se dan pocos casos, por ejemplo: “denigra” y “favoreciendo” (5 y 10), “pasar” y “detener” (11-21 y 11-19). Asimismo, destaca el hiperónimo “programa” (2) y sus hipónimos “programa de niños” (2-3), “Gran Hermano” (12) y “tertulias políticas” (14).
Pasamos a las esferas conceptuales o campos asociativos. En lo relativo a campos semánticos, vemos el de la televisión, formado por “televisor” (2), “programa de niños” (2-3), “seguidor” (5), “televisión” (7), “Belén Esteban” (8), “consumo televisivo” (9), “periodistas” (14), “canales TDT” (21), “cadenas de televisión” (25), etc. Otro campo semántico es el de la Edad Media, con los términos “clero medieval” (1) e “inquisidor” (3). Y otro campo que destaca es el de la radio: “periodistas” (14), “oyentes” (16), “Jiménez Losantos” (16), “la COPE” (16), “emisoras” (23). De entre todos los campos semánticos, destaca el de la televisión, por lo que este sería la isotopía léxica del artículo que comentamos.
Referente a los recursos estilísticos, encontramos interrogaciones retóricas (líneas 6 y 15-18) y alguna metáfora, como es el caso de “parrilla” (10), para referirse a la programación, y “audiencia fantasma” (17-18), para señalar a aquellos espectadores que solo lo son durante un breve periodo de tiempo.

En cuanto a la cohesión gramatical, comentaremos el uso de conectores, o más bien, en este caso, la ausencia de ellos. Simplemente encontramos “pero” (7), de contraste. Si bien es cierto que se podrían señalar algunos nexos oracionales como “si”, “por lo cual”, “porque”… Pero no son conectores oracionales.




COHESIÓN - LA GRAN EVASIÓN

La gran evasión

Vamos a estudiar la cohesión del texto. Entendemos por cohesión la unión entre los elementos lingüísticos que componen en el texto, la cual se puede confirmar a través de distintos recursos.
En el plano léxico-semántico, destacamos las redes internas que se establecen entre las palabras del texto. En primer lugar, el núcleo temático. Aquí encontramos el fenómeno de la recurrencia con palabras como “Facebook” (1, 30), “amigos” (3, 7, 23), “hijo” (5, 19, 27), “red” (2, 6, 15). De entre ellas, destacamos como palabra clave “Facebook”, por ser la que mejor recoge el hilo argumental del texto.
A continuación, hablamos de las relaciones léxicas, donde destaca la ausencia de familias léxicas.
Respecto a las relaciones semánticas, vemos ciertos grupos de sinónimos, la mayoría de ellos de tipo contextual: “evasión” (titular) y “fuga” (2); “Facebook”, “red social”, “esa red”, “red de redes”, “ese portal” (1, 2, 6, 15, 24); “amena” y “aventurera” (9); “volcamos”, “pregonamos” y “exponemos en público” (7, 9 y 12); “jóvenes actuales” y “esos traidores de la red de redes” (15); “desagregar”, “suprimir” y “borrarle” (18, 23 y 29); “hijo” y “vástago” (5 y 23), etc.
En segundo lugar, comentaremos los antónimos, los cuales no predominan en el texto: “padres” e “hijos” (3, 5). De igual manera, no encontramos ningún hiperónimo significativo.
Seguidamente analizamos las esferas conceptuales o campos asociativos. En cuanto a los campos semánticos, aparece el de la familia: “padres”, “hijos”, “vástago” (3, 5, 23). Otro campo semántico es el de las fiestas juveniles: “juergas”, “botellones”, “castaña”, “sábado”, “resaca” (4, 4, 12, 12, 13). Y la isotopía léxica de este artículo es el de Facebook: “perfiles” (4), “me gusta” (4), “biografía” (7), “máximas grandilocuentes” (7-8), “página” (9), “hacemos cadena” (10), “compartido” (10), “aficiones” (20), “viajes” (20), “preferencias políticas” (20), “datos” (21), “muro” (21), “cuenta de amigos” (23), “contactos” (29), “vida virtual” (29), “seguidor” (30), “publicaciones” (30).
En lo referente a los recursos estilísticos, encontramos una paradoja, señalada directamente por el autor, (líneas 16-18) y casos de ironía, como en la línea 19 (“Si no lo remediamos, sus acciones bajarán temerariamente”) y la del final del texto (“…hasta que la muerte de Facebook nos separe”).

Por otro lado, tenemos la cohesión gramatical, en este caso con el uso de conectores, o más bien, en este caso, la ausencia de ellos, ya que no aparece ninguno.




COHESIÓN - "EL SUFRIMIENTO DE SER JOVEN"

El sufrimiento de ser joven

Vamos a comentar la cohesión léxica del texto “El sufrimiento de ser joven”, teniendo en cuenta que la cohesión es la unión entre los elementos lingüísticos que componen en el texto, la cual se puede confirmar a través de distintos recursos.
En primer lugar, hablaremos de la recurrencia léxica, donde encontramos palabras como “niños” (2, 20), “joven” (titular, 30, 39) y “juventud” (10, 11, 31), la cual señalamos como palabra clave del texto.
Seguimos nuestro comentario con la familia léxica, donde encontramos varias. Una de ellas es la de “social” (1) y “sociedad” (9); otra es la de “joven” (titular, 30, 39), “juventud” (10, 11, 31), “joviales” (39); otra es la de “familiar” (20) y “familias” (24); también es familia léxica “adolescentes” (3) y “adolescencia” (12).
Respecto a los casos de sinonimia del texto, destacamos “adolescentes” y “jóvenes”, “juventud”, “adolescencia” y “edad de la pubertad” (6), “dolores” y “malestar” (11 y 12), y “Haute-Comité de la Santé Publique” (4) y “este comité francés” (12). En cuanto al fenómeno semántico opuesto, la antonimia, señalaremos: “viejos” (1), “niños” (2) y “jóvenes” (11), los cuales son fenómenos graduales; “adolescencia” (12) e “infancia” (34); “futuro” y “presente” (35).
En lo referente a las relaciones hiperonímicas, encontramos el hiperónimo “juventud” y sus hipónimos (cohipónimos entre ellos) “joven”, “adolescentes” y “jóvenes adultos” (11).
Pasando a tratar las relaciones o esferas semánticas, hablaremos de los campos semánticos del texto. En primer lugar, el de la adolescencia: “adolescentes”, “edad de la pubertad”, “muchachas” (7), “regla” (7), “referencia de vida y de consumo” (10), “de sentimientos y de alegre porvenir” (10), “jóvenes adultos”, “adolescencia”, “anorexia” (17), “bulimia” (17), “agresividad” (19), “exacerbaciones” (19), “violencia colegial, familiar o callejera” (20), “absentismo” (23), “fobia a la escuela” (23), “conflictos familiares” (23), “tabaquismo” (28), “consumo de alcohol” (28), “toxicomanías” (28), “músicas rock, porros y calimochos joviales” (38-39).
Otro campos semánticos no tan numerosos ni tan presentes en el texto son el de las dificultades o problemas (“dolores”, “trastornos” (11), “frustración personal” (16), “ansiedad” (17), “depresiones” (17), “anorexia”, “bulimia”, “agresividad”, “exacerbaciones”, “violencia colegial, familiar o callejera”, “tentativa de suicidio” (26), “tabaquismo”, “consumo de alcohol”, “toxicomanías”) y el de la muerte (“suicidio” (24), “mortalidad” (24), “accidentes de tráfico” (25), “siniestralidad” (25), “matarse” (27)).
Después de comentar los campos semánticos, podemos decir que la isotopía léxica del texto es la de la adolescencia, ya que vertebra todo el texto.
A nivel estilístico, vemos que en el artículo predominan las metáforas: “los signos parecen elocuentes” (14), esta podría entenderse también como personificación, al igual que “un 10% de adolescentes… han anidado alguna vez la idea de la muerte” (26-27); “La juventud, ese paraje supuestamente pulimentado y feliz que todo el mundo desearía habitar, resulta ser menos hospitalario y, acaso, mucho menos confortable de lo que era” (31-32); “fantasmas de la cuna” (37) (los miedos de la infancia).

Para terminar este comentario, hablaremos de los conectores textuales, recurso propio de la cohesión gramatical. Aquí encontramos “de una parte” (6) y “y, de otra” (8), de ordenación del discurso; “es el caso también” (19), de adición; y “pero” (37), de contraste.


domingo, 15 de diciembre de 2013

SELECCIÓN DE TEXTOS PARA PRACTICAR EL COMENTARIO DE TEXTO (2º BACHILLER)

Mítines

Juan Manuel de Prada, Abc, 6 de marzo de 2004





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¿SIRVEN para algo los mítines, salvo para convencer a los que ya están convencidos? ¿Quiénes, si no, pueden asistir a estos cónclaves, aderezados de pronunciamientos maniqueos, banderitas que parecen repescadas de un desfile de majorettes y proclamas cerriles? A lo mejor en sociedades más rudimentarias o efervescentes un mitin aún posea una utilidad persuasiva; a lo mejor en otras épocas en que el político carecía de medios para hacerse visible ante sus partidarios la retórica gruesa del mitin cumplía una función proselitista. Pero en plena democracia mediática, cuando tenemos que desayunarnos y merendarnos (hasta quedar ahítos) con las ocurrencias, dislates y marrullerías de esos señores que se disputan nuestro voto, la finalidad de los mítines resulta más que dudosa. Podría alegarse que el mitin se celebra para encorajinar al seguidor acérrimo, para insuflarle bríos ante los arrechuchos de las encuestas demoscópicas y la pujanza de la facción adversa. También para mantener elevada la moral del propio candidato, que en el baño de multitudes halla una especie de lenitivo a sus desolaciones íntimas y amagos de desfallecimiento. Aunque, en honor a la verdad, el acicate que estas inmersiones populistaspuedan procurarle queda anulado por la extenuación que sin duda le provocarán la repetición machacona de unas mismas consignas y el continuo trasiego.
Así, la apatía soporífera que el candidato Rajoy trasluce en sus intervenciones mitineras podría ser interpretada como una forma suprema de lucidez. Quizá Rajoy no pretenda mantener ese «perfil bajo» que le recomiendan sus asesores; quizá, simplemente, el cultivo de esa distante ironía que siempre ha sido su mejor distintivo le haya convencido de la inutilidad de los mítines, por los que transita desganadamente, como quien ya está de vuelta de todo. Del mismo modo, la efusividad de Zapatero, antes que una muestra de insensato optimismo, quizá sea la desesperada, casi agónica, expresión de un hastío que sólo logra espantar sacudiendo los brazos y poniendo a prueba las hombreras de su chaqueta. Imagino que ambos candidatos tendrán que hacer esfuerzos para no sentirse buhoneros de palabras huecas y no sucumbir al alipori, mientras sus adeptos los jalean y estorban su discurso más o menos charlatán o inepto con aplausos extemporáneos.
Los mítines de esta campaña política se están amenizando, sin embargo, con algunas innovaciones escenográficas. Sin duda, la más resultona es la incorporación de una claque que arropa al candidato y le cubre la espalda. Hasta ahora, al candidato mitinero le servía como telón de fondo un decorado más o menos minimalista o estridente, en el que se combinaban las siglas de la facción convocante, los eslóganes archisabidos, todo ese merchandising cutre típico de las campañas. Pero estas tramoyas han sido sustituidas por un petit comité que escucha en actitud arrobada u orgiástica al candidato, que le ríe las gracias cetrinas, que asiente a sus paridas con una convicción enternecedora, que aplaude con un encono patibulario. Las facciones en liza, en su esfuerzo porque dicha claque no se parezca demasiado al público de señoras jubiladas que se junta en los platós televisivos a cambio de un bocadillo de mortadela y unos segundos de exposición ante la cámara, procuran recolectarla en medios juveniles. Así, se transmite la impresión de que el candidato goza de simpatías entre los mozalbetes, que son «la savia que renueva la democracia». Pero, indefectiblemente, los jóvenes de la claque son casi siempre un poco talluditos, con un aspecto de repetidores recalcitrantes que tira p´atrás, como si hubiesen hecho un casting entre los miembros más veteranos de una tuna universitaria, a los que previamente han disfrazado de paisano. El efecto logrado añade patetismo a la farsa.


Defectillos

Isabel Vicente, Información, 6-3-2011





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Leía el otro día un reportaje en el que se recogían las conclusiones de una encuesta realizada a adolescentes sobre la influencia que sobre ellos pueden causar los roles machistas de las series de televisión. Pues bien, resulta que a las jóvenes les gustan los malos de las pelis, los turbios algo canallas, los atormentados a los que finalmente salva el amor, lo que, llevado a la vida real, se traduce en que te atraiga más el repetidor desgreñado y espatarrado de la última fila que el buen chico y amigo eterno que se sienta a tu lado.
Nada nuevo, como tampoco lo es que muchas niñas sigan pensando que no es malo que el noviete controle cómo te vistes, o se crea con derechos para leer tus mensajes en el móvil considerando que los celos o el control son una prueba de amor. Al fin y al cabo, como todos sabemos, el ser amado es casi perfecto, y si tiene algún defectillo, es corregible y además lo hace interesante.
Pues bien, chicas, va a ser que no. Si algo hemos aprendido en mi generación, es que aquí no cambia nadie. Sólo se empeora. Y en esto no hay excepciones. No pasa nada por enamoraros de un chico feo, pero, tenedlo claro: Con el tiempo, se hará aún más feo, y encima, viejo. Pues bien, esto vale para todo. Asume que esa introspección que te hace verlo como un chico misterioso y taciturno, puede convertirlo en un par de años en un ser aburrido al que no lograrás despegar de la pantalla del ordenador, y ese juerguista y ligón al que crees que apaciguarás cuando lo metas en tu cama, se acabará escapando de farra en cuanto te des la vuelta a no ser que lo aceptes como es o te conviertas en su compañera de parranda. Al tiempo y verás...
Si ahora es antipático con tu familia, en un tiempo dejarán de hablarse. Si en las primeras citas se resiste a acompañarte al cine, da por hecho que jamás lo hará.
Si no es detallista, no te canses insinuándole lo feliz que te haría que te regalara flores por tu cumpleaños porque te las regalará una vez, y al año siguiente te llevarás un berrinche. En fin, que en la vida real, las ranas, por mucho que las beses, siguen siendo ranas, y el que es borde, grosero, vago o egoísta seguirá siéndolo hasta que se muera...
Y por favor, dale puerta ya a ese imbécil que te controla los mensajes del móvil, te grita si te ve con otro chico y te obliga a abrocharte un botón más de la camisa. Con el tiempo, si no lo frenas, se creerá tu dueño y esas «muestras de amor» que ahora hasta te halagan, te pueden acabar llevando a las portadas de los periódicos.
El que es machista, violento y posesivo a los 20 años, acabará, si le dejas, maltratándote a los 30 y maldita la gracia que tiene eso.





Raro, muy raro

Cada vez tengo más claro que estamos viviendo dentro de una novela de ciencia ficción. Imagina un pequeño territorio de ricos rodeado de una vasta franja desolada de mares furiosos y tierras baldías, un espacio letal que hordas de paupérrimos intentan cruzar todos los días para alcanzar la zona de privilegio. Casi todos fracasan y fallecen: ahogados en el mar o muertos de sed en mitad del desierto (como sucedió en el Sáhara la semana pasada: los cadáveres de las madres aparecieron abrazando a sus niños). En cuanto a los pocos que logran llegar hasta las murallas del territorio rico, elevadas defensas de alambre con cuchillas les cortan los dedos, les desgarran las carnes, les mutilan (como las verjas cuajadas de cuchillas de Ceuta y Melilla: se pusieron en tiempos de Zapatero y el escándalo hizo que las quitaran, pero ahora el PP ha vuelto a colocar esta ignominia). Y, mientras la vida va dejando oleadas de cadáveres y un reguero de sangre a los pies del muro, en el interior de la zona elitista la gente sufre problemas tan extraños como el de tener que retirar miles de prótesis mamarias.

No lo digo para burlarme, porque el fraude de las prótesis es un drama: se rompen y causan inflamación de los ganglios linfáticos, infecciones y fuertes dolores. Hay unas 20.000 mujeres afectadas en España, y solo el 5%, las operadas por razones médicas, será atendido por la SS. Las demás lo hicieron por estética, pero ahora muchas no tienen dinero para arreglar el estropicio: también hay pobres en la tierra de los ricos. Y lo peor es que muchos piensan que esas mujeres se lo tienen de algún modo merecido. Yo detesto estas cirugías plásticas, pero creo que es muy hipócrita que una sociedad que tiraniza a las mujeres con un ideal estético imposible las considere culpables de plegarse a la presión. En fin, que este mundo es en verdad raro, muy raro.

Rosa Montero, El País, 5 de noviembre de 2013



Ellas
Rosa Montero
El País, 24 de octubre de 2006
Un amigo me envió hace poco una pequeña noticia que él había encontrado en la página web de la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico). Estaba dentro de un documento sobre África y era una menudencia, apenas dos líneas modestísimas. Traducidas del inglés, decían así: "Las mujeres -no los camiones, no los trenes, no los aviones- acarrean dos tercios de todas las mercancías que se transportan en el África rural". Mi amigo se quedó impactado. Y yo también.
Es una información que enciende inmediatamente en mi cabeza una catarata de imágenes: cientos de miles de mujeres, de ancianas y de niñas atravesando en todas las direcciones el continente, paso a paso, cimbreándose bajo pesadas cargas. Y además llevando algún niño atado a las espaldas. Para que luego digan (porque aún se sigue utilizando esa necedad) que somos el sexo débil... Y lo más grandioso es que, biológicamente, es cierto que los hombres poseen, por lo general, más vigor físico que las mujeres. Pero la verdadera fortaleza es otra cosa: está hecha de tenacidad, de aguante, de entrega, de perseverancia. Porque para llegar a China basta con dar un paso detrás de otro y no parar. Estas mujeres fuertes, humildes y asombrosas son la espina vertebral de África. Ellas son quienes sostienen el hogar, quienes cuidan de los niños y los enfermos, quienes gestionan la economía familiar. Todos los expertos en desarrollo, empezando por el gran Muhammad Yunus, el inventor de los microcréditos, flamante premio Nobel de la Paz (¿y por qué no le han dado el de Economía?), saben que las mujeres de los países pobres, y desde luego las africanas, sacan mejor partido a las ayudas económicas, que son más eficaces, más laboriosas y fiables.
Mujeres bueyes, mujeres mulas de carga, resistentes, calladas, austeras y heroicas. Muchas de ellas, millones, con el clítoris mutilado. Míralas ahí, en tu imaginación, pululando por el mapa africano, afanosas como hormigas, cada una con su carga en la cabeza. Qué infinidad de pequeños esfuerzos, cuantísimas fatigas hay que aguantar para llegar a acarrear dos tercios de las mercancías. Son la esperanza del futuro, el motor del mundo.






Vidas hacinadas

Editorial


EL PAÍS, 17 de junio de 2006
Más de la mitad de la población mundial vivirá en el año 2007 por primera vez en la historia en un entorno urbano, según revela un informe sobre las grandes urbes hecho público ayer por la ONU. Si el permanente fenómeno de la urbanización de las sociedades humanas es antiguo, la vertiginosa concentración demográfica en las numerosas megaurbes que han surgido en las últimas décadas en todo el globo y especialmente en el Tercer Mundo supone uno de los mayores desafíos para la humanidad. El informe constata un rotundo y generalizado fracaso en racionalizar y controlar dicho crecimiento y en generar unos mínimos servicios, infraestructuras y condiciones de vida.
Así, las grandes ciudades de los países en desarrollo, que en 2030 alojarán al 80% de la población urbana mundial y entre las que no serán infrecuentes las que superen los 20 millones, han demostrado ser concentraciones en las que las esperanzas de vida son inferiores a las de los individuos con menores ingresos en el entorno rural. Entre los fenómenos más llamativos desarrollados en los últimos años está la fortificación de los barrios de las clases más ricas y favorecidas con lo que el informe califica de una "arquitectura del miedo". Las tensiones y la impermeabilidad sociales, la criminalidad y las drogas, la contaminación, las enfermedades y la falta de servicios han hecho de estas ciudades una inmensa trampa a la que acude un flujo interminable que deja atrás zonas rurales cada vez más despobladas para ver frustradas sus esperanzas de una vida mejor y quedar expuestos al desarraigo y a problemas antes desconocidos.
Los problemas son masivos en las megalópolis de Latinoamérica, África y Asia y serán mayores porque éstas seguirán creciendo. Está claro que si en algún terreno la autorregulación es una quimera es en éste. El informe subraya cómo una serie de urbes con capacidad y estructura administrativa, en países con gobiernos centralizados -o dictaduras-, véase Suráfrica, Túnez o China, afrontan el problema con mayor éxito que otros. El hacinamiento, ya sea en la miseria o en el terror permanente a quienes la sufren, no puede ser fatídico destino del 80% de la humanidad. Son por ello imprescindibles criterios y fondos para salir del fracaso endémico a la hora de combatir las peores plagas de un fenómeno que hoy parece imparable.





Xenofilia

Si la “xenofobia” es el odio o la hostilidad hacia los extranjeros y, más exactamente, el miedo al extraño o el temor al diferente, la “xenofilia” es el respeto a los distintos, el aprecio a los diferentes y la valoración positiva de los otros.
Ordinariamente se la suele valorar desde una perspectiva social, pero, en nuestra opinión, también deberíamos analizarla desde una óptica personal. Estamos convencidos de que esta virtud humana es la vía más directa y la senda inevitable para adentrarnos en nosotros mismos y para, allí, en ese espejo secreto, descubrir las vetas más ricas de nuestra personalidad y las fuentes más fecundas de nuestro bienestar personal. Y es que partimos del supuesto de que las relaciones con los demás constituyen el foco central de una vida verdaderamente humana.
Hemos de tener claro, sin embargo, que para lograr esta relación positiva debemos cultivar, en primer lugar, una sensibilidad especial que nos descubra los valores que atesoran las personas que nos rodean, y, a tal fin, es necesario que realicemos una tarea de aproximación física y de sintonía afectiva: no es posible conocer verdaderamente a los otros sin acercarnos a ellos. Aunque parezca contradictorio, vivimos en el mundo de las comunicaciones y, al mismo tiempo, echamos cada vez más en falta una auténtica comunicación entre las personas. Vamos hacia un mundo de la comunicación total mientras que crece la incomunicación o aquélla se reduce a contactos superficiales.
La recepción cordial al extranjero, la atención al desconocido, la acogida al marginado y a todos los que han sido golpeados por la desgracia sólo son posibles si los incluimos en los territorios de nuestros cotidianos afanes. La acogida de los otros, los que son distintos, no sólo pone en juego la jerarquía de nuestros valores éticos y sociales, sino que, además, mide nuestra capacidad de cordialidad y de solidaridad.
En mi opinión, estos lazos interpersonales nos sirven, sobre todo, para establecer unas relaciones más auténticas y más gratas con nosotros mismos. La Psicología actual nos aporta muchas e interesantes reflexiones sobre esta aparente paradoja: para acercarnos a nosotros mismos y para descubrir el fondo de nuestras entrañas, el único camino es relacionarnos con los demás; siendo sensibles a los otros logramos conocernos y desarrollar nuestros valores más personales. Para bucear en las aguas de nuestro propio torrente y llegar al interior más profundo de nuestro espíritu, es necesario el diálogo y no la enfermiza confrontación o el rechazo sistemático. No podemos vivir sin absorber las bocanadas de aire limpio que nos llegan cuando descubrimos lo bueno y lo malo de los otros, esa conjunción de desventura y de belleza, de fango y de sol interior que hay en otras vidas: las pequeñas luces que hacen guiños en la noche y los pedazos de cielo que se divisan en las miserias, las flores que, inesperadamente, crecen en los ambientes grises y en los recintos cerrados. Por muy convencidos que estemos de lo contrario, la experiencia cotidiana nos demuestra que el bienestar no lo logramos si ignoramos u ocultamos las desgracias ajenas.


José Antonio Hernández, Diario de Cádiz, 12 de marzo de 2006.




martes, 10 de diciembre de 2013

XXXI EDICIÓN DE CAL Y SARMIENTO

XXXI EDICIÓN DE CAL Y SARMIENTO

BASES

Los departamentos de Lengua castellana y literatura de los centros de Educación Secundaria de Requena IES Número Uno e IES Oleana convocan la XXXI edición del concurso literario CAL Y SARMIENTO de acuerdo con las siguientes bases:

1.-Podrán participar los alumnos matriculados  en cualquier centro educativo de las comarcas de Utiel-Requena y Valle de Ayora.

2.- Se establecen las siguientes categorías:
a.- Primer ciclo de la ESO
b.- Segundo ciclo de la ESO y Grado Medio.
c.- Bachillerato y Grado Superior.

3.- Se incluyen dos modalidades: prosa (cuento o relato breve) y poesía. Se puede concursar en una o en las dos modalidades; pero con un solo trabajo por modalidad.

4.- La extensión mínima de los trabajos será de tres folios por una sola cara con interlineado doble para narrativa; y de 14 versos, para poesía. El tipo de letra será Times New Roman tamaño 12.

5.- El tema será de libre elección.

6.- Los trabajos se presentarán en un sobre grande cerrado, en cuyo exterior deberá figurar, con letra clara y legible, la categoría en la que se concursa y la modalidad.
Dentro de este sobre grande se incluirán:
-          Cuatro copias del trabajo presentado. En cada una de las copias deberá figurar un pseudónimo o lema identificativo del concursante.
-          Un sobre pequeño, en cuyo exterior deben quedar claramente indicados los siguientes datos:
o    El mismo pseudónimo o lema de las copias
o    La modalidad (prosa o poesía)
o    La categoría (primer ciclo de ESO, segundo ciclo de ESO/Grado Medio y Bachillerato /Ciclo Superior)
Dentro de este sobre pequeño se incluirán los datos personales:
·         Nombre y apellidos
·         Dirección y teléfono de contacto
·         Centro
·         Pseudónimo o lema

7.- El plazo de presentación finalizará el día 31 de marzo de 2014.
Los trabajos podrán presentarse directamente en la conserjería de cualquiera de los dos institutos convocantes o enviarse por correo a cualquiera de estas direcciones:
Dpto. de Castellano. IES Número Uno. Plaza Juan Grandía, nº 1, 46340 Requena –Valencia; o
Dpto. de Castellano. IES Oleana. Avda. Alfonso X, s/n, 46430 Requena-Valencia
No se entregarán en mano a ningún miembro de los departamentos convocantes.

8.-El jurado estará integrado por profesoras del Departamento de Castellano de los dos IES de Requena: IES Oleana e IES Número Uno. Su fallo será inapelable.

9.- Se concederán  los siguientes premios:
PREMIO ESPECIAL de PROSA al mejor trabajo de los presentados: 100€
PREMIO ESPECIAL de POESÍA al mejor trabajo de los presentados: 100€
PRIMER PREMIO en cada categoría y modalidad:
 -Primer ciclo: 40 €
 -Segundo ciclo y Grado Medio: 60€
 -Bachilleratos y Grado Superior: 80€
SEGUNDO PREMIO en cada categoría y modalidad:
 -Primer ciclo: 20 €
 -Segundo ciclo y Grado Medio: 40€
 -Bachilleratos y Grado Superior: 60€

10.- Los participantes premiados se comprometerán a entregar una copia de su trabajo en formato digital,  a fin de que este sea publicado en las páginas web de los dos centros convocantes.

11.- La entrega de premios se realizará dentro de un acto literario organizado con este fin. Es preceptiva la asistencia de los autores de los trabajos premiados.

Requena, 29 de noviembre de 2014


Dptos. Lengua castellana y literatura del IES Número Uno e IES Oleana (Requena)


Colaboran:
AMPA del IES Número Uno
AMPA del IES Oleana



lunes, 9 de diciembre de 2013

TEXTOS PARA ANALIZAR LA COHESIÓN (SOLUCIONES)

Socorro

Otro elemento importante en la cohesión textual son los conectores (marcas sintácticas que hacen explícita una relación semántica o pragmática que existe previamente entre los términos conectados). En este texto encontramos ejemplos de marcadores conversacionales (“por favor” -23-, “ahora resulta que” -8-) que marcan la posición del emisor ante su enunciado y nos orientan sobre el tratamiento de la información en los que se aprecia una fuerte carga de ironía.  Aparecen otros marcadores del discurso, característicos de los textos expositivo-argumentativos, como “por ejemplo” (18) que concreta la información, el aditivo “sino que” (9), los explicativos “quiere decirse” (16) y “porque” (23) o el contraargmentativo “pero” (3) que ejemplifica la intención del autor: mostrar su opinión contraponiendo ideas, hechos o situaciones.
 A pesar de la presencia de estos conectores, en el orden sintáctico, y en relación con el dinamismo verbal, lo que predomina es la relación asindética, es decir, no aparecen muchos nexos conjuntivos para encadenar el texto, sino que, más bien, se hace mediante la yuxtaposición. Este hecho marca la rapidez; el autor no quiere dejar claras las relaciones entre las oraciones para que sea el lector quien las interprete. Esto no debe entenderse como un sinónimo de texto poco elaborado, sino más bien, como un recurso más del autor para acercarse al lector y ser más directo, claro, rápido y conciso.

Por otra parte, para analizar la cohesión léxica, nos fijaremos en las palabras claves del texto a partir de las cuales se construye toda su explicación. En este caso, cabe destacar distintos campos semánticos. Uno de ellos es el que tiene que ver con el pretexto que el autor emplea para su artículo, es decir, la escritura libros. Encontramos  al respecto sinónimos como “guía” (2), “manual de autoayuda” (3), “literatura específica” (10) o “una biblioteca” (11). También aparece retratado el campo semántico de la familia; el autor habla de “familias homologadas” (7), “matrimonios estables” (5) o “los hijos de los divorciados” (8); otros dos tendrían que ver con la acción de “combatir” y los objetos de “lo cotidiano”. Estos campos aparecen tratados con bastante recurrencia por parte del autor. Por ejemplo, para referirse a la acción de “combatir” utiliza sinónimos como “se espanta” (13), “se defiende” (28). También habla de “situaciones normales” (12), “lo de todos los días” (17) –en este caso crea la sinonimia mediante una expresión léxica coloquial-, “lo cotidiano” (26). Además, en relación con “lo cotidiano” hay una red léxico-semántica importante que retrata la imagen que la sociedad actual tiene para el autor en una clara gradación: desde los “contratos basura” (20) e “hipotecas” (19) a la “esclavitud infantil”, “hambrunas masivas” (27), etc. Otro elemento que se utiliza para cohesionar el texto es el empleo de algunos términos repetidos como es el caso de la partícula interrogativa “cómo” que inicia una serie de preguntas retóricas en estilo indirecto, y de las cuestiones directas encabezadas por la expresión “¿hay derecho a…?” (24) que muestran la indignación del autor ante la realidad que describe. Del mismo modo, habría que destacar el empleo de los verbos en una posición relevante dentro de la oración (“urge” -11-, “explíquennos” -28-, “hagan” -31-); el hecho de que los sitúe en un primer lugar es producto de su intención de elaborar un texto con un ritmo rápido y estilo directo que impacte en el lector. Por último, señalar un fenómeno curioso que vuelve a mostrar el contraste con una gradación: el texto empieza hablando de una niña europea, sigue con “muchos críos” (22) y termina haciendo inflexión sobre la esclavitud infantil del llamado tercer mundo.



Pan y cine


En el nivel léxico-semántico, la coherencia se garantiza a través de la repetición, tanto léxica como semántica. Como ejemplo de recurrencia léxica cabe citar la repetición a lo largo del texto de ciertas palabras que se relacionan directamente con el tema del mismo (por ejemplo, “fábulas” aparece en la línea 1 y en la 23; “guionistas” en la 2, en la 8 y en la 24; “ficción”, en la 12 y en la 21, etc.), así como la repetición de ciertos lexemas en palabras de la misma familia (“imaginable” e “imaginen”, por ejemplo).
En cuanto a la recurrencia semántica, encontramos en el texto varios casos de sinonimia: “historias”, “fábulas” y “argumentos”; “urdir” e inventar”; “esconder” y “disimular”; “cifra” y “números”; “comemos” y “devoramos”… También hay casos de sinonimia referencial: por ejemplo, “los guionistas” son el referente al que aluden sintagmas nominales como “esa panda de locos”, “esta gente” o “ese señor tan raro”. Millás utiliza esas expresiones con cierta ironía, haciendo hincapié en el hecho de que a las personas “normales” nos puede parecer que los guionistas llevan una vida muy desordenada o que están un poco locos.
También encontramos a lo largo del texto varios pares de antónimos (“se acuesta” frente a “se levanta”; “unos” frente a “otros”; “mañana” frente a “noche”; y, sobre todo, “realidad” frente a “ficción”) y numerosos ejemplos de hiponimia: por ejemplo, el hiperónimo “ficción” se sustituye a lo largo del texto por numerosos hipónimos (novelas, cine, series de televisión, culebrones, cómics…), y, a su vez, algunos de esos términos se convierten en hiperónimos de otras expresiones (por ejemplo, “madames bovarys” podría considerarse un hipónimo de novela, mientras que “doctores houses” lo sería de serie de televisión).
En cuanto a los campos semánticos que predominan en el texto, es evidente la abundancia de palabras relacionadas con la ficción, ya sean sustantivos que se refieren a distintos productos de ficción (novelas, series, cine…) o a los artífices de dichos productos (guionistas), o bien verbos que aluden a las acciones que realizan dichos artífices (urdir, escribir, inventar), etc. También pertenecen al mismo campo semántico todos los sustantivos que hacen referencia a personajes de ficción, y que Millás escribe en plural y con minúscula, subrayando así el hecho de que los propone como ejemplos de los cientos de personajes de ficción que nos acompañan a lo largo de nuestra vida: las caperucitas rojas, las anas ozores, los fraziers… Además, esta enumeración un tanto caótica le sirve también al autor para destacar el hecho de que tan ficticio es un cuento infantil, como una novela clásica de la literatura, o como una serie de televisión. Otro campo semántico secundario es el que tiene que ver con la alimentación, el otro “producto esencial” para el hombre: pan, comida, amasan, comemos, devoramos… En ese último caso, podríamos considerar que en virtud de su sentido figurado, “devoramos” pertenece a los dos campos señalados, pues su objeto directo puede ser tanto un alimento como una historia de ficción. Asimismo, hay en el texto una serie de palabras con una connotación bastante negativa, que tienen como fin enfatizar las nefastas consecuencias que puede tener en la sociedad una huelga de guionistas: “auténtica alarma”, “falta de un producto esencial”, “pánico moral”, “disfunciones en el cuerpo social”, “desplome brusco de la ficción” o “realidad a palo seco”.
Por último, son fundamentales para la cohesión los marcadores discursivos. En este texto, podríamos distinguir los marcadores de función pragmática de los marcadores textuales. Dentro de la primera categoría, cabe destacar la presencia de una interjección cuya única finalidad es establecer la comunicación con los lectores dando por cierto o evidente la primera oración del texto de un modo bastante coloquial (No se puede vivir sin comida, claro) y de un adverbio modalizador que nos informa sobre la actitud del autor acerca de la pregunta que acaba de formular (Definitivamente, no). Dentro de la segunda categoría, podemos señalar:
-       Las conjunciones coordinantes “y” (línea 1) y “pero” (línea 6), que funcionan como nexos supraoracionales, la primera con sentido de adición, y la segunda, de adversación.
-       La conjunción subordinante “pues” (línea 19) y la locución conjuntiva “así que” (línea 24), que expresan consecuencia. De hecho, podría afirmarse que estos marcadores sirven, en cierta medida, para introducir distintas formulaciones de la tesis principal del texto: la importancia de la ficción en nuestra sociedad.



Pesquisas
La cohesión textual se concreta en la deixis interna y externa, los mecanismos de recurrencia y los conectores empleados.
Destacan los mecanismos de recurrencia léxica, mediante la repetición de la palabra clave, hambre, y mediante el uso de derivados: descubrirse-descubrimiento, saciedad-saciados...
También encontramos recurrencia semántica con el empleo de sinónimos (excepcionalidad-superioridad) y sinónimos referenciales (cerebro-órgano-cocorota; las señales –la percepción – un sentido – el impulso; nacionalismo – acusado sentido de excepcionalidad y superioridad respecto a los nacidos de otra tierra; militarismo – impulso de que se me ponga la carne de gallina ante una palabra guerrera). También aparecen hiperónimos e hipónimos (órgano-cerebro, cerebro-hipotálamo, tálamo), palabras que sintetizan lo expresado en un párrafo precedente (parece que el descubrimiento, lín. 9), palabras comodín (el caso, l. 9; cositas, l. 23; algo, l. 24).
Todos estos mecanismos dan cuenta del campo conceptual de la ciencia: noticias científicas, conocimiento, escáner, descubrimiento, embrión, hipotálamo, tálamo, lobotomía.
Hay muchos conectores en el texto; por orden de importancia, los más relevantes (porque ponen en relación periodos amplios del texto) son: pero (l. 23) y si (l. 16), ambos estructuran las ideas y son, respectivamente, de contraste u oposición (pero) y condicional (si). Otros conectores que estructuran las ideas son y (l. 2 y 12), de adición; en vez de (l. 23), de contraste. Además, aparecen conectores que introducen operaciones discursivas: en realidad (l. 1), o así (l. 2), ambos reformuladores de rectificación; todavía (l. 15), que indica valoración, lo mismo que por decirlo con franqueza (l. 20); también hay un conector de ejemplificación, por ejemplo (l. 16).



Y, si es preciso, los jueces

Las palabras claves aparecen repetidas fundamentalmente mediante procedimientos de recurrencia léxica. Encontramos abundantes repeticiones (problema y social aparecen repetidos cinco veces; sanidad, anorexia, familia, tres veces; acción, en lín. 14, 22; alarma, lín. 3, 8; belleza, 7, 18; Consejería, 5, 25; imprescindible, 20, 26; línea, 7, 8; Madrid, 5, 23) y algunas repeticiones mediante derivación (acción-actuación-actuar; educación/educativos; judicial/juez/justicia; sanidad/sanitarios/sociosanitarios) Otro mecanismo interesante es la sustitución por sinónimos referenciales: Los afectados (1), jóvenes (2), muchachas (22); anorexia (2), estúpida epidemia (4), problema (9...), autodestrucción inconsciente (28). En la misma línea actúa el refuerzo mediante hipónimos (anorexia, 2) e hiperónimos (enfermedad, 2).
Todos estos mecanismos de recurrencia dan cuenta del campo semántico que domina en el texto, el de la medicina: Profesionales sanitarios y sociosanitarios, servicios médicos (20), salud (12), ingresos (6), Consejería de Sanidad, Insalud (5), anorexia, enfermedad (2), epidemia (3), internamiento (22).
Encontramos conectores que estructuran el texto: ordenadores (El primero, 9; El segundo, 14; por último, 19), conclusivos (finalmente, 21) y continuativos (simultáneamente, 23). También son importantes los conectores que estructuran las ideas: de contraste (sino, 28); de tiempo (cuando, 26; desde, 14; desde hace tiempo, 21) y menos significativamente, los conectores de valoración que muestran la actitud del emisor: especialmente (10).



TEXTOS PARA COMENTAR LA COHESIÓN

Socorro

Una niña de diez años, escocesa o así, ha escrito un libro titulado Ayuda, esperanza y felicidad, que es una guía para sobrevivir al divorcio de los padres. Nos parece muy bien, pero aguardamos ansiosos que una compañera suya publique un manual de autoayuda  para los hijos de los matrimonios estables, que son los grandes olvidados. ¿Cómo se sobrevive a una pareja que se quiere? El libro tendría un éxito enorme en estos días de paz navideña en las que las familias homologadas llegan a las manos por un quítame allá esas pajas. Ahora resulta que los hijos de los divorciados no sólo tienen dos casas, dos regalos y ocho abuelos, sino que disfrutan de una literatura específica para ellos y su problemática.
Urge la puesta en marcha de una biblioteca que nos ayude a afrontar las situaciones normales. Ya sabemos cómo se combate el cáncer, la depresión, la ruina económica. Hemos averiguado cómo se espanta la mala suerte, cómo se aprende inglés en tres semanas, cómo se deja de fumar en dos sesiones. Hemos ido a la Luna, a Marte, hemos inventado la hamburguesa. Quiere decirse que lo difícil está prácticamente hecho. Ahora necesitamos asistencia para hacer frente a lo de todos los días. Cómo no desesperarse, por ejemplo, en una lista de espera de la Seguridad Social, cómo asumir una hipoteca de 40 años, cómo sobrevivir a un contrato basura, cómo pagar un alquiler de 1.000 euros con un sueldo de 800, incluso cómo divorciarse con dos salarios que parecen medio.
Muchos críos no podrán disfrutar del libro de Lobby Rees, la niña escocesa de la primera línea, porque sus papás carecen de medios para irse cada uno por su lado. ¿Hay derecho a eso? ¿Hay derecho a que no exista una sola guía espiritual para los más de ocho millones de niños esclavos que hay en el mundo? Por favor, ayúdennos a combatir lo cotidiano: la esclavitud infantil, las hambrunas masivas, el tráfico de armas, la tortura deslocalizada. Explíquennos  cómo se defiende uno de personas corrientes como Bush, como Blair, como Rouco Varela, como Schwarzenegger. No tiene sentido que hayamos descubierto el antídoto contra el mal de ojo, que no existe, y todavía no tengamos un remedio contra la malaria. Hagan algo.



Juan José Millás, EL PAIS, viernes 16 de diciembre de 2005




Pan y cine

No se puede vivir sin comida, claro. ¿Y sin fábulas? Quizá tampoco. Los periódicos llevan hablando con auténtica alarma de la huelga de guionistas que comenzó el lunes pasado en EE UU. Se refieren a ella como si fuera a provocar la falta de un producto esencial para la vida cotidiana. Algunos, para explicar su magnitud, recuerdan la de 1988, que duró 22 semanas y costó a la industria norteamericana 350 millones de euros. La actual podría duplicar esa cifra. Pero los números siempre esconden, o disimulan, un pánico moral. ¿Qué ocurriría si esa panda de locos -los guionistas- se pasaran un año sin inventar historias? ¿En qué nos afectaría a usted y a mí? ¿Será verdad que esta gente, al urdir los argumentos de las series de televisión, escribe también, sin que seamos conscientes de ello, el argumento de nuestra vida?

¿Es imaginable un mundo sin ficción? Definitivamente, no. Somos tan hijos de la carne y de la sangre como de las caperucitas rojas, de las blancanieves, de las madrastras, de los pulgarcitos, de los gatos con botas, pero también de las madames bovarys y de las anas ozores y de los raskolnikofs y de los batlebys, por no hablar de los soprano y de los fraziers, de los seinfelds, o de los doctores houses. Desde que el mundo es mundo, mientras unos amasan el pan que comemos por la mañana, otros urden las historias que devoramos por la noche. Estamos hechos de pan y de novelas. El problema no son, pues, los millones de euros que podría perder la industria, sino las disfunciones que en el cuerpo social provocaría un desplome brusco de la ficción. Imaginen un mundo sin cine, sin novelas, sin cómics, si series de televisión, sin culebrones; sólo realidad a palo seco, o sucedáneos de las fábulas como los que nos sirven los políticos. Ese señor tan raro que se acuesta cuando usted se levanta es guionista. Un respeto.

Juan José Millás, El País, 9 de noviembre de 2007



Pesquisas

Cada tanto (en realidad, muy a menudo) aparecen en los periódicos noticias científicas (o así se presentan) según las cuales acaba de descubrirse esto y lo otro: un avance en el conocimiento de qué somos y qué nos pasa, tal como suele deducirse del triunfalista redactado. Leo, hace un par de días, que un equipo del Instituto Nacional de Diabetes (supongo que de Estados Unidos: la noticia, 5 de agencia, viene fechada en Washington) ha conseguido localizar en el cerebro humano, mediante un escáner perfeccionado capaz de realizar un mapa inédito de la actividad de dicho órgano, las señales del hambre y de la saciedad.

No me pregunten cómo funciona, pero el caso es que parece que el descubrimiento podría ayudarnos a eliminar el hambre: fascinante perspectiva que, aplicada con la ternura habitual con que el ser humano suele comportarse con sus semejantes, permitiría que pueblos enteros murieran de hambre sintiéndose saciados y sin darle el coñazo al Primer Mundo.

No entiendo que quienes dedican tan admirables esfuerzos a estudiarnos la cocorota no se hayan empeñado, todavía, en intentar localizar la zona donde tenemos emplazados la percepción del nacionalismo y el embrión del militarismo. Si a mí me dijeran, por ejemplo, que es en el hipotálamo donde más probabilidades tengo de que se me desarrolle un acusado sentido de excepcionalidad y superioridad respecto a los nacidos de otra tierra, o que es en el tálamo donde nace el impulso de que se me ponga la carne de gallina ante una marcha guerrera... Por decirlo con franqueza, queridos, me hacía yo misma una lobotomía, ahora mismo, con el abrecartas y las tijeras de las uñas, y con una botella de whisky a modo de anestésico.

Pero ahí les tienen. Averiguando cositas para volvernos delgados. En vez de hacer algo para que seamos cuerdos.

Maruja Torres, El País, 15 de abril de 1999



ORACIONES PARA ANALIZAR Y SOLUCIONES (PROP.SUB.SUST.)

LAS QUE IBAN PARA HOY (9/12/13)
a) Me preocupa que llueva mañana.
b) Me preguntó dónde pusiste el llavero.
c) Le preguntó si tenía veinte años.
d) Me encanta que me llame.
e) Penélope se dedicaba a esperar con paciencia a Ulises.

LAS QUE HEMOS HECHO HOY (CONCURSO-JUEGO-EXAMEN - 9/12/13)
1. Hoy le pido a tus sueños que te quiten la ropa.
2. Ella se ha cansado de tirar la toalla.
3. Las cosas importantes aquí son las que están detrás de la piel.
4. No me gusta que para los toros te pongas la minifalda.
5. Mira cómo beben los peces en el río.
6. Será que me habré hecho mayor.

MÁS ORACIONES
1. Yo no sabía que tu amor escondía la soledad.
2. No sé si aún me recuerdas.
3. María soñaba con ser la princesa de los cabellos de oro.
4. Me parece que estás aquí entre Inglés y Matemáticas.
5. Estás enfadado con todo lo que hay cerca de ti.
6. En el portal de Belén hacen noche los pastores para calentar al Niño.
7. Cuentan las lenguas antiguas que un catorce de octubre nació una ilusión.
8. El talismán de tu piel me ha dicho que soy la reina de tus caprichos.