DESCONOCIDOS
David Lozano
¡Buah! Esta
interjección resume este libro. Pero, tranquilos, no voy a hacer una reseña con
una sola palabra…
Como su
título indica, para mí este libro era un desconocido, pero Edebé a principio de
curso nos mandó a los institutos lecturas para incluirlas en nuestro plan
lector. Pero con el curso tan diferente que tenemos en marcha no había podido
leerlo hasta ahora. Y, la verdad, al principio no me llamaba mucho, pero, en
cuanto empecé a leer, me enganchó… Me enganchó tanto que en dos noches me lo he
leído. Era imposible parar de leer. Bueno, dos noches y un poquito de una
mañana (es que era un poco tarde…).
En fin,
vamos al meollo. En resumen, este libro trata de una cita más o menos a ciegas
entre Lara, de 17 años, y Wilde, de 19. Solo se conocen a través de Twitter. Él
conoce cómo es ella porque su perfil es verdadero pero ella no lo conoce porque
su perfil no es personal ni le ha querido mostrar una imagen suya. Wilde ha
mantenido una especie de juego durante los meses que han estado intercambiando
mensajes por esta red social que ella ha ido aceptando. Hasta que se decidió a
pedirle una cita presencial. A la vez una subinspectora de policía y un forense
tratan de esclarecer lo que ha pasado con un chico que ha aparecido muerto en
un lugar muy alejado de la ciudad. Obviamente, estas dos circunstancias están
relacionadas. ¿Quién será? ¿Qué habrá pasado? ¿Qué tiene que ver con esa cita?
Al ser un
thriller, empiezas a hacer tus cábalas sobre quién será y por qué. Pero,
conforme avanza la lectura, como buena novela de intriga, vas cambiando de
idea. Y, cuando ya sabes lo que ha pasado, te pones nerviosa por que llegue la
resolución y todo acabe bien. Esto hace que no puedas dejar de leer y que tu
cabeza piense en mil y unas posibilidades de final.
He de reconocer
que al principio pensé que iba a ser muy parecido a Mentira, de Care Santos, que me leí hace no mucho. Pero no. Solo tienen
en común un tema que debemos tratar insistentemente con nuestros adolescentes:
las redes sociales. En esta novela, hacia el final, la subinspectora Irene
Castell hace una reflexión sobre qué estamos haciendo mal para que los jóvenes
sigan confiando de esa manera en las personas con las que hablan a través de
Internet. Y no será por falta de campañas y de trabajarlo en las aulas. Es cierto
que los adolescentes dicen blanco donde los adultos han dicho negro y que al
final aprenden de sus errores. Pero a veces me pregunto por qué no confían en
la experiencia de los adultos si solo queremos ahorrarles un sufrimiento que se
puede evitar. Creo que esto pasa, pasó y seguirá pasando hasta el fin del
mundo.
Por otro
lado, a nivel literario, este texto tiene calidad. No utiliza un lenguaje
excesivamente culto ni excesivamente juvenil (incluye términos propios del
ámbito de las redes sociales). Es totalmente correcto y apropiado, fácil de
seguir, sencillo para los adolescentes. Además, sus capítulos no son
excesivamente largos y van cambiando de localización según la parte de la trama
que trate. Lo cual, a mi parecer, hace más amena su lectura y más atrayente el
hecho de seguir leyendo.
En definitiva,
creo que este libro, premio Edebé de Literatura juvenil en 2018, tiene todos
los alicientes para que los adolescentes quieran leerlo y lo disfruten. Los adolescentes…
y cualquier adulto.
No hay comentarios:
Publicar un comentario