Erik Vogler
y los crímenes del rey blanco
Beatriz Osés
Este
libro se nos presenta como «una de las sagas más originales sagas de novelas
policíacas».
Este género es uno de mis favoritos y a muchos de nuestros alumnos les gusta
también. Por eso, decidí leerlo.
Nos
encontramos a un adolescente con miles de manías en cuanto a su pelo, a su
manera de vestir, a su habitación, al orden… Lo que parece un trastorno TOC. Se
iba a ir de viaje con su padre a Nueva York pero Frank, el padre, se confunde
con los billetes y finalmente solo puede viajar él. A Erik lo manda al pueblo
de su abuela, la cual no lo soporta por sus múltiples manías. Solo va a ser una
semana pero a Erik se le hace eterna. El único entretenimiento que encuentra
Erik es investigar sobre un fantasma que se le ha aparecido en dos ocasiones en
casa de su abuela (es una de las tres víctimas adolescentes que han aparecido
en los últimos días en Bremen, su ciudad). Esta busca que se entretenga (no
sabe de sus investigaciones puesto que apenas hablan entre ellos) y acuerda un
encuentro con un vecino de la edad de su nieto para que jueguen al ajedrez. Este
chico, Albert Zimmer, también tiene sus rarezas. En su ansia por huir de casa
de su abuela Berta y de que acaben las apariciones fantasmales, se topará con
el asesino de los jóvenes.
A
todo esto hemos de unirle la música de Schubert que se pone sola en el
tocadiscos y la pieza del rey blanco que aparece y desaparece constantemente
del ajedrez de su abuela.
Todos
estos elementos, junto a una manera de narrar muy sencilla y adecuada para
adolescentes jóvenes, hacen que resulte atractiva la novela.
Sin
embargo, no me ha terminado de gustar este libro. No me llegaba a enganchar su
lectura. El protagonista no me resulta atractivo, y no es por sus manías, es
que no tiene nada que me llame la atención. La trama resulta pesada en
ocasiones. Además, hay asuntos que quedan en el aire que creo que deberían
explicarse: la caracterización que se hace de Albert Zimmer encaja con un
personaje de ficción pero no se aclara si es por las manías de Erik o porque
esconde algo (quizá en las siguientes novelas siga apareciendo y se aclare este
asunto). Tampoco se dice por qué el asesino mató a esos chicos (ni qué relación
tenía con ellos). Además, hay otro asunto que no puedo desvelar por no «destripar» la trama que tampoco se
aclara.
Asimismo,
la sensación satisfactoria que queda normalmente cuando encuentran al asesino y
se resuelve el misterio no la he sentido con este libro. Y no es por adivinarse
o por imaginar la resolución, sino por todo el ambiente en general.
No
sé si a alumnos de 1º o 2º de ESO les pasaría como a mí y no sé si llegaré a
hacer la prueba algún día (este curso no tengo estos grupos).
De
todas formas, si alguien más lee este libro, me gustaría que compartiera su
opinión conmigo.
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