miércoles, 2 de febrero de 2011

APUNTES AMPLIADOS DEL RENACIMIENTO

EL RENACIMIENTO (SIGLO XVI)

Concepto de Renacimiento
El Renacimiento es una amplia serie de fenómenos de tipo político, económico, social, ideológico, cultural…, que separa la Edad Media de la Edad Moderna y que produce una profunda transformación en la mentalidad de las sociedades occidentales.
El Renacimiento tiene su origen en la Italia del siglo XIV y se extiende por el resto de Europa durante los siglos XV y XVI.
Lo que renace es el mundo grecolatino, con sus obras y su pensamiento, que crea una manera nueva de ver la vida.
La vertiente cultural del Renacimiento se llama Humanismo, que, en sentido filosófico, tiene una marcada atención al hombre como valor en sí mismo y, en sentido literario, consiste en el estudio sistematizado de las letras grecolatinas.

Características del Renacimiento
1.      Laicismo (laico). El hombre se libera de la tutela de la Iglesia y se organiza una cultura laica.
2.     Antropocentrismo. El hombre, medida de todas las cosas, afirma su valor individual y, orgulloso y capaz, se siente eje del universo, de tal manera que el teocentrismo medieval da paso al antropocentrismo renacentista.
3.     Materialismo pagano. El hombre valora los bienes materiales mundanos, que darán pie al goce terrenal. No obstante, muchos sabios supieron aprovechar el pensamiento grecolatino sin salirse de la dogmática católica, surgiendo así el Ascetismo y el Misticismo.
4.     La rebeldía espiritual. Esta rebeldía originará la escisión de la cristiandad.
5.     El culto a la Naturaleza. Este culto dará origen a una literatura idílica y bucólica, ambientada siempre en el típico marco “locus amoenus”.
6.     El culto a todo lo clásico: la lengua, la mitología, historia, filosofía, estética…
7.     La separación del mundo natural y el sobrenatural
8.     La confianza en la Razón en detrimento de la Fe
9.     El auge de nuevas tecnologías o filosofías clásicas: Epicureismo, Escepticismo, Estoicismo y, sobre todo, Neoplatonismo.

Comportamiento del hombre renacentista
Modelo de hombre renacentista (libro)

La literatura renacentista
Los temas más tratados son el amor (platónico), la Naturaleza (idealizada) y la Mitología clásica. Los géneros más representativos guardan relación con los temas y los que más destacan son los relatos mitológicos (leyendas), las églogas y las novelas pastoriles.
La literatura se basa únicamente en la estética y desaparece la intencionalidad didáctica y moralizadora propia de la época medieval.

El Renacimiento en España
El Renacimiento español se divide en dos períodos que se corresponden con dos reinados: el primero al período imperial de Carlos V, y el segundo al de su heredero, Felipe II.
Durante el Primer Renacimiento, sigue la dirección paganizante que predomina en toda Europa (es el momento de recepción de los influjos extranjeros, predominantemente italianos, comenzado en el siglo XV). Bajo Felipe II, el período de asimilación, las tendencias renacentistas se cristianizan y, aunque en el aspecto puramente artístico y formal siguen las normas precedentes, España se encierra dentro de sí misma, preparando la época nacional que ha de venir en seguida: es el momento de la Contrarreforma (o Reforma Católica), de la ascética y de la mística, de los grandes poetas religiosos, de afirmación proselitista y apologética, sin picaresca ni sátira religiosa ni apenas literatura frívola.


LÍRICA RENACENTISTA

El triunfo del italianismo en España
Este triunfo del italianismo poético fue general en Europa, como lo fue todo el complejo cultural del Renacimiento. Si bien en España arraigó antes como consecuencia de los contactos políticos existentes entre España e Italia.
La poesía italiana enseñaba a la vez una renovación de contenido, de métrica y de estilo. No está sólo en la introducción del endecasílabo el aspecto capital del cambio. En esencia, la nueva lírica representa la sustitución de la poesía popular y tradicional, ágil y de fácil comprensión, por un estilo artificioso, culto y cuajado de metáforas. También el octosílabo y el dodecasílabo dieran paso a la flexibilidad del endecasílabo.
El éxito se debe a Juan Boscán y a Garcilaso de la Vega, que superan definitivamente los intentos del Marqués de Santillana. Con el triunfo del endecasílabo, el romance y la copla de arte menor castellana dan paso a las nuevas estrofas italianas: tercetos, cuartetos, quintetos, sonetos, sextetos, liras y silvas.

Temas de la poesía italianizante
Los temas se polarizan en torno al amor, la Naturaleza y los mitos grecolatinos.
(libro)
En relación con estos temas mencionados, existen varios tópicos renacentistas, tomados del mundo clásico algunos de ellos: el “Carpe diem” (aprovecha el momento), con él se aconseja el disfrute de la vida antes de la llegada de la vejez; la belleza femenina, descrita siguiendo siempre un mismo esquema: joven rubia, de ojos claros, serenos, de piel blanca, labios rojos, mejillas sonrosadas, etc.; el “Beatus ille” o alabanza de la vida del campo, apartado de lo material, frente a la vida de la ciudad, con sus peligros e intrigas; y el “locus amoenus”, del que ya hemos hablado.

Garcilaso de la Vega
La trayectoria poética de Garcilaso atravesó tres etapas sucesivas: etapa castellana, en que escribe sus poemas octosilábicos; etapa italiana o petrarquista, en que, muy influido por Petrarca, escribe la mayor parte de sus sonetos y canciones articulándolos en forma de cancionero petrarquista dedicado a la dama Isabel Freyre, y etapa clasicista o napolitana, en que, muy influido por los poetas clásicos latinos y por sus nuevas amistades napolitanas, escribe elegías, epístolas, églogas y odas, algunas de ellas en latín, pues los italianos le celebraron especialmente como poeta en esa lengua.
El estilo de Garcilaso es muy característico: cuida especialmente la musicalidad del verso mediante el uso de la aliteración y un ritmo en torno a los tres ejes acentuales del endecasílabo. Utiliza asiduamente el epíteto con la intención de crear un mundo idealizado donde los objetos resultan arquetípicos y estilizados al modo del Platonismo. Es muy hábil en la descripción de lo fugitivo y huidizo; su poesía produce un vívida sensación de tiempo y se impregna de melancolía por el transcurso de la vida, lo que él llamó su «dolorido sentir».
Garcilaso también compuso cuatro canciones petrarquistas la oda a la flor de Gnido, dos elegías y una Epístola a Boscán.

La lírica de la segunda mitad del siglo XVI
La lírica de esta época refleja las preocupaciones religiosas generadas por la reforma protestante. Aparece entonces la literatura llamada ascética y mística. La Ascética describe las actividades que debe realizar la mente humana para llegar a ser perfecto y salvarse; mientras que la Mística se trata de la unión con Dios, alcanzándose así la perfección; esta unión se consigue después de la etapa ascética, cuando Dios concede a algunas almas el don del amor en su más alto grado.
Esta lírica se caracteriza por la utilización de un lenguaje sencillo, sin demasiados adornos literarios; pero de forma muy cuidada; los temas son religiosos, morales y filosóficos; y la mitología sirve de base para poner ejemplos sobre algún tema religioso, moral o teológico.
Tradicionalmente se han señalado tres vías o etapas para llegar a la unión con la divinidad: la vía purgativa (el alma se purifica en la ascensión y se libera de las pasiones de los sentidos y de las cosas terrenas por medio de la penitencia y de la renuncia de los bienes mundanos), la vía iluminativa (conseguida la perfección, el místico alcanza una nueva visión de los bienes eternos y adquiere un saber iluminativo que nada tiene que ver con los saberes humanos), y la vía unitiva (en ella se consigue la unión gozosa del alma con Dios en medio de estados de éxtasis en los que se anulan los sentidos).
Los dos grandes escritores de esta época son Fray Luis de León y San Juan de la Cruz.

Fray Luis de León à Ascética
Su poesía está inspirada por el deseo del alma de alejarse de todo lo terrenal para poder alcanzar a Dios, identificado con la paz y el conocimiento. Sus temas centrales son el desdén por las cosas terrenales, el ansia de huída del mundo y la búsqueda de la vida eterna. Su poesía es sobria y concentrada, a lo que contribuye la estrofa que usa, normalmente la lira que no permite la palabrería, sino que exige concentración dentro de sus cinco versos, llevando al poeta a eliminar todo lo innecesario.
Obras: La perfecta casada, De los nombres de Cristo, Exposición del libro de Job, etc.

San Juan de la Cruz à Mística
San Juan de la Cruz escribe únicamente con el deseo de comunicar una experiencia personal y despertar en los demás el amor a Dios. Utiliza la poesía porque es el medio de expresión más apropiado para comunicar sus sentimientos místicos. Utiliza un lenguaje exquisito y refinado. Para sus obras menores, el poeta se sirve de romances y canciones de tipo tradicional, "divinizándolos"; pero para sus tres poemas místicos más importantes: Noche oscura del alma, Cántico espiritual y Llama de amor viva, se inspira en el poema amoroso de la Biblia Cantar de los cantares. Él mismo explicó en prosa estos poemas desentrañando palabra por palabra su significado espiritual.
PROSA DEL SIGLO XVI

La novela en el Renacimiento
Los tipos de novelas que encontramos en esta época las podemos incluir en dos grandes grupos: la novela idealista (de caballerías, pastoril, bizantina y morisca) y la novela realista (la picaresca).

Novela de caballerías
El género medieval de los libros de caballerías penetró con fuerza en el siglo XVI y se publicaron una gran cantidad de títulos que gozaron del favor del público. No obstante, los moralistas se mostraron hostiles a estos libros acusándolos de enseñar falsedades y de excitar perniciosamente la imaginación. Para combatir esta literatura, Cervantes escribió, al finalizar el siglo, El Quijote, última novela del género.
A pesar de la gran cantidad de novelas que se escribieron, su ínfima calidad no nos permite destacar ninguna, solamente la refundición del Amadís de Gaula realizada por Garci Rodríguez Montalvo.

Novela pastoril
Esta novela mezcla el verso y la prosa, el sentido lírico y melancólico; su tema principal es el amor entre pastores. En ella abundan los elementos sentimentales y se le da gran importancia a la Naturaleza idílica y artificial. Su lenguaje presenta artificiosidad y cuidado del mismo. Su desenlace es feliz.
Algunos títulos representativos: Los siete libros de Diana de Jorge de Montemayor, La Diana enamorada de Gil Polo, La Galatea de Cervantes, y La Arcadia de Lope de Vega.

La novela morisca
Este género es típicamente español y relata peripecias imaginadas entre moros y cristianos durante la Reconquista. Son novelas de ambiente refinado y cortesano que tienen sus orígenes en los romances moriscos y fronterizos del siglo XV. Empiezan a escribirse en el XVI, pero mantienen su vigencia durante parte del Barroco (s. XVII).
Los títulos más notables son: La historia del Abencerraje y de la hermosa Jarifa (anónimo) y Las guerras civiles de Granada de Ginés Pérez de Hita.

La novela bizantina (libro)

La novela picaresca (libro)

El Lazarillo
Estructura
Lázaro de Tormes nos cuenta su vida desde que nace en Tejares (Salamanca) hasta que obtiene el cargo de pregonero en Toledo. La novela consta de un prólogo y de siete tratados. Los tres primeros tratados tienen una organización gradual y su tema central es el hambre, que Lázaro trata de solventar con astucia.
En el prólogo se nos dice que “Vuesa Merced escribe que le escriba” sobre “el caso” de Lázaro y que éste, para responder a esta petición, ha decidido explicarle su vida “desde el principio”, para que se entienda su situación actual, donde se encontraría con “el caso”. Al final, sabremos que “Vuesa Merced” es un superior del Arcipreste de San Salvador.
En el primer tratado, Lázaro nos cuenta su origen plebeyo y cómo a los ocho años entra el servicio de un ciego tacaño y mezquino, a quien tiene que engañar para comer. Al entrar a servirle, es un niño inocente, pero a su lado aprende toda suerte de malicias y cuando lo abandona, sabe ya más tretas que el propio ciego. Son popularísimos los episodios del toro, de las uvas, del vino, de la longaniza y de la columna. En el tratado segundo, sirve al cura de Maqueda, un clérigo avaro que tampoco lo alimenta y a quien tiene que robar el pan con alardes de ingenio. Es, pues, peor amo, si cabe, que el ciego.
En el tratado tercero, cuando ya parecía que no cabía más ruindad, Lázaro entra al servicio de un escudero, hidalgo de escasa fortuna en cuya casa no hay absolutamente de nada. No obstante, frente a la crueldad de los amos anteriores, el nuevo amo trata bien al muchacho, el cual, en este tratado, en el que culmina la maestría del autor, llega a sentir piedad por su amo y a llega a mendigar para alimentarlo.
En el tratado cuarto, el hambre desaparece. Es un tratado brevísimo y refleja una fuerte carga anticlerical. Lázaro explica que sirve a un Fraile de la Merced, pero casi no hay anécdota ni narración. En el tratado quinto, Lázaro no actúa como protagonista activo, sino que se limita a contemplar asombrado cómo un eclesiástico, vendedor de bulas (el buldero), engaña a unos incultos e incrédulos campesinos.
El sexto también es muy corto. Habla de su servicio a un maestro de pintar panderos y a un capellán que lo empleaba como aguador. Con éste consigue ahorrar dinero por primera vez en su vida, dinero que emplea para comprarse ropa que mejore su aspecto. Es en éste momento cuando el pícaro llega a “la cumbre de la buena fortuna”.
En el tratado séptimo, tras servir como auxiliar de un alguacil, obtiene el cargo de pregonero real. Es protegido por un arcipreste con cuya “criada” se casa, lo que da mucho de qué hablar en Toledo (el “caso”). Su largo aprendizaje ha terminado y Lázaro está ya en condiciones de aceptar la deshonra como una especie de felicidad.

Tema e intención. (libro)
Estilo del Lazarillo. El lenguaje de esta novela es natural, sencillo y muchas veces coloquial. El tono es realista. Y hay en ella cierta parodia de la prosa idealista, aunque domina lo que Lázaro llama “estilo grosero”, esto es, el estilo llano y con giros y refranes populares. Además, su realismo se caracteriza por el tono humorístico, irónico y socarrón.

Prosa didáctica en el siglo XVI
En el siglo XVI, la prosa literaria y la didáctica siguen el estilo de los clásicos y de los humanistas italianos.
En el tema de la lengua, la obra más representativa es el Diálogo de la lengua, de Juan de Valdés.
Prosa histórica. Fray Bartolomé de las Casas (Breve relación de la destrucción de las Indias).
Prosa religiosa. Santa Teresa de Jesús, que representa la prosa ascética y mística; fue una excelente prosista: consciente de que dirige sus escritos a las monjas de sus conventos, usa un lenguaje vivo y antirretórico en obras como El libro de su vida o Libro de las fundaciones, ambas autobiográficas.

El teatro del siglo XVI
A partir de los Reyes Católicos aparece un teatro cortesano que se representaban en los salones palaciegos y combinaba escenas dialogadas con danzas y música.
A finales del siglo XV y principios del XVI surge una generación de dramaturgos que inicia el teatro renacentista; entre ellos destacamos a Juan del Encina, que comenzó con un teatro religioso y evolucionó hacia un teatro profano en el que incluye temas mitológicos; Torres Naharro (que incorpora una gran variedad de motivos y personajes nuevos en comedias que tratan sobre el tema del honor); Gil Vicente, introdujo en sus obras numerosos elementos líricos.
A mediados del siglo XVI, se instalaron algunos teatros en patios interiores, los cuales fueron conocidos como “corrales”. La escena y el público popular se situaban en el patio, mientras que las autoridades y clases altas lo hacían en las galerías superiores, a modo de palcos. La aparición de un teatro estable supuso cambios como el nacimiento de compañías teatrales profesionales y la regularidad en las representaciones. Fueron importantes los corrales de Sevilla, Madrid y, sobre todo, Valencia; en la actualidad se conserva el de Almagro (Ciudad Real). En ellos se representaban obras religiosas en determinadas festividades y también se hacía teatro profano.
Dentro de este teatro, se distingue la corriente más clasicista y las obras que proceden de la comedia nueva italiana, que seguía el esquema del teatro clásico (cinco actos y unidad de tiempo, lugar y acción –“Regla de las tres unidades”) y que, con algunas variaciones importantes, se adaptó como el nuevo teatro renacentista. Un autor de este tipo de teatro es Lope de Rueda, creador de la comedia renacentista y de un tipo de teatro popular: los pasos. Toma como punto de partida la comedia nueva italiana, pero la transforma, ya que elimina los elementos más clasicistas y cultos, y añade escenas cómicas o “pasos”. La comicidad de Lope de Rueda se basa en un lenguaje realista, lleno de incorrecciones y vulgarismos, y en la recreación de tipos populares graciosos (el bobo, el morisco, el soldado fanfarrón, el vizcaíno, la negra…). Es un teatro popular, costumbrista, que persigue la comicidad y la sobreactuación.
De entre los pasos de Lope de Rueda destacan: Las aceitunas, Carnudo y contento y La tierra de Jauja. El teatro de Lope de Rueda será fundamental para el desarrollo del teatro posterior, como el de Lope de Vega.
Junto al teatro de los corrales y el teatro cortesano, perviven los autos sacramentales, que continúan escenificando al aire libre, delante de las iglesias, piezas breves de tema religioso.

CERVANTES
Biografía
Cervantes poeta
Cervantes tiene una enorme afición a hacer versos, pero él mismo se dio cuenta de que el verso no siempre le salía a su gusto: “Yo que siempre trabajo y me desvelo / por parecer que tengo de poeta / la gracia que no quiso darme el cielo”.
Escribió gran cantidad de poemas perdidos casi todos. De los que conservamos podemos destacar veinte romances insertos en sus novelas y comedias; destacamos el extenso poema Viaje al Parnaso, composición didáctica que nos ofrece una visión típica de los poetas de su tiempo y en el cual pasa revista a varios momentos cruciales de su vida.

Cervantes dramaturgo
El teatro era una de sus aficiones, por ello escribió tragedias de tipo clásico de tendencia renacentistas, como Los tratos de Argel o Numancia. Pero no consigue mucho éxito.
Pero donde logra su mayor acierto es en los entremeses, pequeñas piezas que servían de relleno en los entreactos de la comedia y que, divirtiendo al público, impedían que se aburriera durante las largas pausas de la representación. De los ocho entremeses que publicó, el más conocido es El retablo de las maravillas.

Cervantes novelista
Cervantes asimiló la narrativa anterior y abrió nuevos caminos, ya que aclimató la novela corta con las Novelas ejemplares y, sobre todo, creó la novela moderna con el Quijote. Escribió también novela pastoril (La Galatea, 1585) y novela bizantina (Los trabajos de Persiles y Segismundo, 1617, publicada tras la muerte de Cervantes).

El Quijote
La publicación. El Quijote, cuyo título completo es El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha, está dividido en dos partes. La primera aparece publicada en Madrid en 1605. La segunda, que aparece con una pequeña modificación en el título (El ingenioso caballero don Quijote de la Mancha), se publicó con el mismo éxito en el año 1615, un año después de la aparición del falso Quijote, de Avellaneda.
Proyecto inicial. Cervantes decidió escribir una novela corta, tal vez “ejemplar”, en la que un hidalgo de pueblo enloqueciera leyendo libros de caballerías. Pero Cervantes muy pronto se dio cuenta de las incalculables posibilidades que le ofrecía aquel proyecto inicial y decidió continuar la empresa.
Propósito de la novela. (libro)
El tema del Quijote. (libro)
La estructura de la novela. Se trata de una extensísima novela que se halla dividida en dos partes. La primera parte, encabezada por una dedicatoria al Duque de Béjar y por un prólogo seguido de unos breves poemas, consta de 52 capítulos en los que se da cuenta de las dos primeras salidas del caballero: una a la venta donde es armado caballero y otra por tierras de La Mancha, acompañado ya de Sancho Panza. Por su lado, la segunda parte cuenta también con otra dedicatoria, en este caso al Conde de Lemos y otro interesantísimo prólogo dirigido al lector; consta de 74 capítulos y narra la tercera salida de don Quijote por La Mancha, Aragón y Cataluña, con su regreso a casa y su muerte.
La estructura del Quijote se complica con la inserción de varias novelas breves (historia de Marcela y Crisóstomo, narración del capitán cautivo, episodio de Ginés de Pasamonte) que, a pesar de gozar de cierta independencia, no rompen la unidad temática de la novela.
El argumento de la obra. Alonso Quijano (don Quijote) ha perdido la razón de tanto leer libros de caballerías. Esta locura hace que intente imitar las aventuras que ha leído: sale de su pueblo, vive una serie de aventuras y regresa a casa vencido y maltratado. En la primera parte, don Quijote prepara unas viejas y estropeadas armas que han pertenecido a sus bisabuelos, se disfraza con ellas y sale por los caminos de la Mancha con el propósito de impartir justicia, como decían los libros de caballerías que hacían los caballeros andantes. Llega a una venta que su imaginación transforma en castillo, se hace armar caballero en una ridícula ceremonia, busca algunas aventuras y vuelve a casa maltrecho y apaleado. La segunda salida comprende el resto de la primera parte. Don Quijote vuelve a escaparse de su casa, pero esta vez acompañado por un humilde vecino, Sancho Panza, que va a servirle de escudero. En esta salida se describen muchas aventuras y al final nuestro caballero andante es conducido con engaños a su aldea por el cura y el barbero que han salido a buscarlo.
La segunda parte comprende la tercera y última salida. Nuevas aventuras, muchas de las cuales se desarrollan en la corte de unos duques que, por haber leído la primera parte, conocen la fama de don Quijote y que, para divertirse y burlarse de él, fingen vivir en una corte caballeresca (esta vez no es don Quijote quien transforma la realidad, sino que son los demás los que lo hacen por él). Al final de esta segunda parte, el bachiller Sansón Carrasco, disfrazado también de caballero andante (“el caballero de la blanca luna”), reta y vence a don Quijote, obligándole a volver a su casa. Allí recobra la razón y muere.
El narrador: el punto de vista. (libro)
Los protagonistas. (libro)


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