Diana Quer y la culpa de todos
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(…) Tras su desaparición se
produjo tal cúmulo de suposiciones (…) que casi nadie quería pensar en un
desenlace horrible y simplista: a Diana la había matado un tipo miserable,
como tantos depredadores que cada año se pasean por el mundo segando la vida
de alguna mujer. Y mientras ese desalmado hacía vida normal, muchos tejían
historias imposibles de fugas juveniles, de huidas de película.
Los medios, las redes y la
chismología se habían apresurado a hacer un retrato de la desaparecida que
casaba muy bien con el arquetipo de la aventurera de la novela. (…).
No sabíamos si Diana estaba viva
o muerta, pero sí que había padecido bulimia, que a veces discutía con su
madre, que ella y su padre habían tarifado por asuntos relacionados con la
custodia de las crías. Nada extraordinario, vaya, pero daba igual porque
había que rellenar páginas de sucesos y minutos de tele. Mientras el paradero
de Diana era una incógnita, el país entero sometía su entorno a una
radiografía moral tan monstruosa, a un escrutinio tan detallado, que ninguna
familia del mundo habría podido pasar con nota semejante examen.
Ahora que ha aparecido el cadáver
de la pobre chica, nos damos cuenta de que Diana era una chica normal, y su
familia una familia corriente, con sus luces y sus sombras, como todas las
familias del mundo. Pero es demasiado tarde. Ya hemos multiplicado el dolor
(…).
Miren, cuando una persona
desaparece, las fuerzas de seguridad tienen la obligación de investigar hasta
el trozo más pequeño de su vida, pues en un detalle insignificante puede
estar la llave maestra de un caso. Pero los medios no tienen por qué hacer lo
mismo. La familia de Diana no sólo la ha perdido a ella. Ha perdido su
intimidad, su privacidad, su derecho a tener pequeños secretos. Quizá haya
que hacer examen de conciencia. Quizá haya una parte de este espanto del que
todos somos culpables.
Marta
Rivera De la Cruz, El Español, 8 de
enero de 2018
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1.
Establecimiento del tema del texto, breve
resumen de su contenido y descripción y explicación del esquema organizativo
–partes temáticas constitutivas del texto y articulación de estas- (4 puntos).
2.
Comente los aspectos más relevantes de la
cohesión gramatical en el texto. (3 puntos)
3.
Comente los aspectos más relevantes de la
cohesión léxica en el texto. (3 puntos)
Vamos a comentar la coherencia
del texto titulado “Diana Quer y la culpa de todos”, publicado en el periódico
de tirada nacional El Español el
pasado 8 de enero de 2018 por Marta Rivera de la Cruz.
En primer lugar, debemos definir
el concepto de coherencia: propiedad textual que manifiesta las relaciones de
significado de todos los elementos que componen el texto.
Seguimos con la expresión del
tema del artículo. Este sería la reflexión sobre el comportamiento de la prensa
y de la sociedad sobre la desaparición de Diana Quer.
En resumen, la autora cuenta
todas las opiniones y suposiciones que hubo sobre la desaparición de Diana Quer
y cómo han cambiado al aparecer la chica muerta. Anima a reflexionar sobre esta
facilidad de inventar sobre la vida de las personas y a no inmiscuirse ni
inventar datos sobre ellas y sus familias.
En cuanto a la estructura
externa, podemos afirmar que el artículo se compone de dos partes: un titular
(“Diana Quer y la culpa de todos”) y un cuerpo argumentativo de veintidós
líneas divididas en cinco párrafos de desigual extensión.
Respecto a la estructura interna,
podemos dividir el contenido del texto en tres partes: una introducción de la
línea 1 a la 5, donde encontramos como idea principal la desaparición de Diana
Quer y su desenlace y, como idea secundaria, las historias sobre dicha
desaparición; una segunda parte que sería el desarrollo (líneas 6-16), que
tiene como idea principal el desconocimiento sobre el paradero de la chica y,
como idea secundaria, la información sobre la familia; y la última parte, la
conclusión (líneas 17-22), donde la idea principal es la reflexión sobre el
comportamiento de la prensa y de la sociedad y cuya idea secundaria es el
trabajo de las fuerzas de seguridad y el de la prensa.
En esta última parte, podemos
señalar la tesis, concretamente en las líneas 21 y 22: “Quizá haya que hacer…
culpables”. Al encontrarla expresada, la clasificamos como tesis explícita. Y,
al encontrarse al final del artículo, podemos afirmar que la estructura del mismo
es sintetizante o deductiva.
La autora, para defender su
tesis, se apoya en argumentos de ejemplificación, como lo dicho en las líneas
8-10 (información sobre la vida personal de Diana), y argumentos de contraste:
en las líneas 3 a 5 compara la realidad con lo que pensaba la gente sobre su
desaparición o huida; y en las líneas 11-13 contrasta la vida familiar de Diana
con la de cualquiera de los lectores.
Por último, diremos que la
progresión temática de este texto es de tema constante ya que aparece a lo largo
de todo el texto el tema del comportamiento de la sociedad durante la
desaparición de Diana Quer, completado por diferentes remas: 1) las historias
inventadas, 2) los rumores, 3) la realidad y 4) la invitación a la reflexión
después de todo esto.
Así pues, y para terminar,
podemos afirmar que se trata de un texto coherente puesto que todos sus
elementos están bien relacionados y el artículo presenta unidad de significado.
A continuación, pasamos a
analizar la cohesión del artículo. Entendemos por cohesión la propiedad textual
que relaciona los elementos lingüísticos del texto mediante mecanismos
léxico-semánticos, gramaticales y lógicos.
Empezaremos analizando la
cohesión léxico-semántica. En primer lugar, diremos que el texto presenta las
siguientes recurrencias: “Diana” (titular, 2, 8, 11, 14, 19), “todos” (titular,
21), “mundo” (3, 16), “vida” (3, 18), “medios” (6, 19), “familia/s” (13, 15,
15, 16, 19), “examen” (13, 21), “chica” (14, 15), “pequeño/s” (18, 19), “ha
perdido” (dos veces en la 20). De entre todas estas repeticiones, podemos
señalar como palabras claves “Diana” y “familia”, puesto que recogen el
significado global del texto.
También en lo referido a
repeticiones, podemos encontrar, al menos, tres familias léxicas: la de “culpa”
(titular”) y “culpables” (22); la formada por “desaparición” (1) y
“desaparecida” (6); y la de “vida” (4) y “viva” (8).
En cuanto a sinónimos, apreciamos
varias parejas y tríos: “suposiciones” (1) e “incógnita” (11); “tipo miserable”
(2), “depredadores” (3) y “desalmado” (4), que serían sinónimos contextuales;
“radiografía moral” (12), “escrutinio” (12) y “examen” (13); “normal” (15) y
“corriente” (15); o “trozo” (18) y “parte” (22).
Respecto a los antónimos, no
encontramos tantos ejemplos; aún así, podemos señalar los siguientes
emparejamientos: “todos” (titular) y “nadie” (1), “viva” y “muerta” (en la
8), “madre” y “padres” (ambos en la
línea 9), “extraordinario” (10) e “insignificante” (18) o “luces” y “sombras”
(ambos en la 15).
Por lo que concierne a la hiperonimia,
podemos afirmar que no destaca mucho en el texto. Únicamente se aprecia el
hiperónimo “persona” (17) con los hipónimos: “un tipo miserable” (2), “mujer”
(3), “madre” (9), “padre” (9), “crías” (10) y “chica” (14).
Seguimos comentando los campos
semánticos, donde encontramos algunos más significativos que otros respecto al
contenido del mensaje. Por una parte, está el de la familia (13): “madre” (9), “padre” (9), “crías” (10).
También vemos el de la prensa, con términos como “medios”, “redes”, “chismología”
(los tres en la línea 6), páginas de sucesos” (10-11) y “tele” (11). Otro campo
semántico es el de la cultura, con vocablos como “desenlace” (2), “historias”
(4), “fugas juveniles” (4), “huidas de película” (4-5), “arquetipo” (7),
“aventurera de la novela” (7). Asimismo, el campo semántico más importante
sería el del caso de Diana Quer, donde incluimos palabras como “Diana Quer”
(titular), “desaparición” (1), “suposiciones” (1), “desenlace” (2), “un tipo
miserable” (2), “depredadores” (3), “desalmado” (4), “paradero” (11), “cadáver”
(14), “dolor” (16), “fuerzas de seguridad” (17), “caso” (19).
Este último campo semántico se
erigiría como isotopía léxica del texto, pudiendo añadirle términos como “viva”
(8), “murta” (8), “madre” (9), “padre” (9), “custodia” (9), etc.
Para terminar, señalaremos
algunas figuras retóricas destacables. Es el caso de las metáforas, que podemos
encontrar en “tejían historias” (4), para expresar la creatividad en cuanto al
paradero de Diana; “habían tarifado” (9) cuando habla de la custodia para
criticar la falta de acuerdo entre los padres por la manutención de las hijas;
“radiografía moral” (12) para hablar del análisis de su vida que se hizo a esta
familia; “pasar con nota semejante examen”, relacionado con la metáfora anterior
por parecer que esta familia tuviera que aprobar el examen de familia perfecta
que tiene la sociedad; o “hacer un examen de conciencia”, donde compara la
preparación para el sacramento de la reconciliación con la reflexión que debe
hacer la sociedad sobre la conducta que ha mostrado ante este caso. Otras
figuras que podemos apreciar, menos significativas, son el paralelismo y la
anáfora de las dos últimas oraciones del texto: “Quizá haya...” (21-22).
Pasamos a continuación a analizar
los mecanismos gramaticales y lógico-sintácticos que dan cohesión a este
artículo.
En primer lugar, analizaremos las
deixis o elementos de foricidad externa. Así pues, no encontramos ejemplos
relevantes de deixis de lugar. Sí los hay de tiempo, de los que encontramos los
adverbios “ahora” (14), “tarde” (16) y “ya” (16); el sintagma nominal “cada
año” (3); y todos los verbos del texto, que comentaremos en su apartado
correspondiente.
Para terminar de analizar las
deixis, hablaremos de las de persona, que no predominan en el texto. Por un
lado, vemos de emisor y receptor en los verbos en 1ª persona del plural
(“sabíamos”, 8; “damos”, 14; y “somos”, 22) y en el pronombre personal “nos”
(14). Y, por otro lado, encontramos un caso de deixis de receptor que, además,
es deixis social, pues muestra la distancia o el respeto del emisor respecto al
receptor: “miren” (17).
En segundo lugar, comentaremos
las anáforas y las catáforas, es decir, la foricidad interna del texto. Así
como no se aprecian catáforas relevantes, sí abundan las anáforas. Por una
parte, las hay con el determinante posesivo “su”: en la línea 1 referido a
“Diana Quer” (titular); en la línea 9, los dos referidos a “Diana” (8); en la
12, respecto a “Diana” (11); en la 15, también referido a “Diana” (14), etc.; y
en plural “sus” en la línea 15 para referirse a “familia” en la misma línea.
Otras anáforas se sirven del pronombre relativo “que”, como el de la línea 3
para hablar de “tantos depredadores” (2-3) o el de la 7 referido a “un retrato”
(6). También vemos el uso de los pronombres personales “se” (en la 3 para
referirse a “depredadores” y en la línea 6 para hablar de “los medios, las
redes y la chismología”), “ella” (9) referido a “su madre” en la misma línea, y
“la” (20), referido a “Diana” (19). La misma función cumple el sintagma
“semejante examen” (13), que alude a “una radiografía moral tan monstruosa” y
“un escrutinio tan detallado” en la línea anterior.
Seguidamente, señalaremos los
ejemplos de elipsis que encontramos, los cuales no son muy abundantes. Las
elipsis más recurrentes son las de sujeto, como vemos en “(Nosotros) no
sabíamos...” (8), “a veces (Diana) discutía...” (8-9), “(nosotros) nos damos
cuenta...” (14), “miren (ustedes)” (17), “(La familia de Diana) ha perdido...”
(20). Igualmente podemos destacar algún caso de elipsis de verbo: con el sujeto
incluido en “pero sí (sabíamos nosotros) que había padecido bulimia” (8) o solo
del verbo en “Nada (era) extraordinario” (10).
En lo que respecta a las
proformas, es posible afirmar que no predominan puesto que el vocabulario es
rico y variado. Aún así, podemos señalar algún ejemplo, como “hacía” (4) en vez
de “llevaba”, o “hacer” (19) en lugar de “actuar” o “comportarse”.
Comentamos a continuación el eje
temporal del texto. El tiempo que predomina es el pretérito imperfecto de
indicativo (“quería”, 1; “hacía”, 3; “casaba”, 7; “estaba”, 8; “discutía”, 9;
“daba”, 10; “era”, 11, 14). También es significativo que haya otros pasados:
pretérito perfecto simple (“se produjo”, 1), pretérito perfecto compuesto (“ha
aparecido”, 14; “ha perdido”, 20), pretérito pluscuamperfecto (“había matado”,
2; “habían apresurado”, 6; “había padecido”, 8), condicional perfecto (“habría
podido”, 13), presente de indicativo (“se pasean”, 3; “damos”, 14; tienen”, 17;
“somos”, 22) y presente de subjuntivo (“haya”, 21 y 22). El predominio de los
tiempos del pasado se debe a que la autora se está refiriendo a hechos del
pasado que llegan al presente por el reciente hallazgo del cadáver de Diana y
las repercusiones que tiene; por ello, vemos la cronología de los hechos
gracias a los pasados y la llegada al presente, así como la invitación a la
reflexión con el presente de imperativo (“miren”, 17).
Para terminar, señalaremos los
conectores. La autora se sirve de conectores de ejemplificación (“como”, 2), de
adición (“Y”, 3) y, sobre todo, de contraste: “mientras” (3 y 11), “pero” (8,
16 y 19).
Llegados a este punto en el que
se ha terminado de analizar la cohesión en todos sus aspectos, podemos afirmar
que se trata de un texto bien cohesionado, puesto que sus elementos
lingüísticos están relacionados perfectamente de manera léxico-semántica, gramatical
y lógico-sintáctica.
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