TEXTO 3
La sospecha
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Como ya hemos
comentado más de una vez, no me considero una feminista al uso o, en todo
caso, soy posfeminista. En otras palabras, creo que si bien en el Tercer
Mundo a las mujeres aún nos queda mucho camino por andar y muchas batallas
por ganar, en el Primer Mundo no veo necesario continuar teniendo una actitud
beligerante que eche más leña a la ya de por sí muy inflamable hoguera de la
guerra entre los sexos. Dicho esto, considero también que pervive un
machismo residual muy difícil de erradicar y en el que vale la pena detenerse
para ver en qué consiste. Hace más de un año escribí un artículo titulado
“¿Y de novios qué?” en el que señalaba cómo, a pesar de que las mujeres hemos
alcanzado un papel importante en la sociedad, de alguna manera el “éxito” de
una mujer se sigue midiendo por parámetros muy arcaicos. Así, cuando una
mujer triunfa en su carrera, en seguida surge alguna vocecilla estúpida que
señala: “Sí, sí, guapa, eres directora general pero ¿y de novios qué?",
como dando a entender que una mujer no puede sentirse realizada y feliz a
menos que tenga una pareja. Y es que, nos guste o no, la sociedad sigue
considerando que el éxito de una mujer está más en el ámbito de lo privado
que en el de lo público, lo que explicaría por qué se les da tanta cancha a
esas señoritas perfectamente ociosas e intrascendentes que vemos, monísimas
ellas, en las revistas del corazón y cuyo único mérito es haber “pescado” un
marido aristócrata o famoso. […]
Carmen Posadas, XL Semanal – Nº. 1094 – Del 12 al 8 de octubre de 2008
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ADECUACIÓN
A continuación, vamos a analizar la
adecuación de este artículo. Empezaremos hablando del tipo de texto que
predomina en este expositivo argumentativo. La parte dominante es la
argumentativa, puesto que continuamente nos da razones para que pensemos como
piensa la autora (los argumentos que comentamos en la coherencia para defender
la tesis).
Para ello, la autora utiliza un registro
estándar-coloquial, puesto que encontramos expresiones del tipo “Sí, sí, guapa”
(10) o “¿Y de novios qué?” (11); el término “pescado” (15) como metáfora de que
encontrar marido es como pescar peces; también vemos oraciones a medias por
saber lo que sigue, como la anterior “¿Y de novios qué?”; repeticiones propias
del lenguaje coloquial como la anterior “sí, sí”; o ejemplos de temas populares
como el de las revistas del corazón.
En cuanto a las funciones del lenguaje,
predomina la expresiva, tanto por la expresión de la opinión de la autora, como
por la manera de hacerlo (que analizaremos en la modalización). En relación con
ella, encontramos la función apelativa, puesto que pretende una reacción en el
lector, en este caso compartir su opinión. De manera menos importante, vemos
también la función referencial puesto que nos habla del feminismo. Igualmente,
apreciamos función referencial en la línea 2, cuando con la expresión “en otras
palabras”, reformula lo anteriormente dicho.
Ahora, comentaremos la modalización. Este
artículo aparece altamente modalización. En primer lugar, y en cuanto a la
modalización valorativa, encontramos el diminutivo “vocecilla” (10), palabras
valorativas (“posfeminista”, 2; “actitud beligerante”, 4; “éxito”, 8;
“pescado”, 15) y con la inclusión de preguntas (líneas 7 y 11).
En cuanto a la modalización epistémica,
encontramos un alto de grado de certeza en las palabras de Carmen Posadas,
sobre todo con los verbos “soy” (2), “considero” (5), “hemos alcanzado” (8) o
“vemos” (14).
Para terminar, y sobre la modalización
deóntica, poco podemos aportar, puesto que no apela directamente al receptor,
ni ordenando ni dando consejos.
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