ADECUACIÓN DEL TEXTO "REUNIÓN DE PASTORES, OVEJAS MUERTAS"
Definimos adecuación como la propiedad
textual que muestra las decisiones tomadas por el emisor en cuanto al resto de
elementos de la comunicación.
En primer lugar, diremos que el texto
titulado “Reunión de pastores, ovejas muertas” pertenece al ámbito de uso
periodístico, siendo concretamente un artículo de opinión. En cuanto a su
tipología textual, es un texto expositivo-argumentativo, en el cual predomina
la parte argumentativa. De exposición tiene que transmite algo de información
objetiva sobre la celebración de cumbres internacionales y de unos hechos
sufridos por unos refugiados. Sobre esto, la autora, Maruja Torres, da su
opinión (ve inútiles esas cumbres puesto que las ve únicamente como un paripé)
y aporta numerosos argumentos para cambiar nuestra opinión y así que pensemos
como ella (parte argumentativa).
Por ello, no es de extrañar que las funciones
del lenguaje predominantes son la expresiva (por la opinión manifestada) y la
apelativa (intención de convencer al receptor). De manera secundaria, también
está la función referencial (esa poca información que nos aporta). También sin
tanta relevancia podemos señalar la función poética, puesto que encontramos una
comparación (“como contundente rúbrica de su hipocresía”, 27) y dos metáforas (“peceras
ideológicas”, 6, y “paren papeleo”, 23).
En cuanto al registro, como buen texto
periodístico, este texto utiliza un registro estándar, aunque encontramos
desviaciones al encontrar rasgos coloquiales (las expresiones “a cachos” en la
línea 2 y “mueven el rabillo” de la 22, el sustantivo “paripé” en la 3, el
verbo “cuela” en la 4, y el error morfosintáctico de la línea 7 –“me recuerda
mucho (a) aquellas…”, donde falta la preposición-) y rasgos cultos como el uso
de palabras como “grandiosas” (1), “caterva” (2), “escrupulosa” (5), “inéditos”
(6), “etcétera” (10) (no aparece la abreviatura, sino la palabra entera), “pintorescas”
(14), “desovan” (23) u “otorga” (26); así como el uso de oraciones
subordinadas: una adverbial causal en la 3, una concesiva en la 4, varias de
relativo (13, 14, 17, etc.). En este apartado que habla del registro (y del
código), también es destacable el neologismo “desviajan” de la línea 23.
Po último, pasamos a analizar la modalización
o grado de subjetividad del texto. Empezaremos por la modalización valorativa,
donde vemos el uso de adjetivos subjetivos como “grandiosas” (1), “manifiesto”
(4), “escrupulosa” (5), “paralela” (15), “yertas” (27) o “contundente” (27);
sustantivos como “peceras ideológicas” (6), “la vecindad” (18, para referirse a
Israel); adverbios como “extremadamente” (19) y expresiones como “Qué lástima”
(26, que, aunque no lleve exclamaciones, el significado es el mismo). También se
aprecian guiones largos para incluir aclaraciones, como los de las líneas 1-2 y
7-8; con la misma intención se utilizan las comas de la línea 21 (“aparte de
los informadores…”). Vemos también el uso del diminutivo con valor apreciativo
(“rabillo” (22) y el de figuras retóricas, como ya comentamos en el apartado de
las funciones del lenguaje. Otro rasgo valorativo sería el cambio de registro.
En cuanto a la modalización epistémica,
podemos afirmar que el grado de certeza es alto puesto que no encontramos
adverbios ni expresiones que manifiesten incertidumbre, porque predominan las
oraciones enunciativas y los verbos en presente, y porque encontramos adverbios
que no dejan lugar a la duda: “nunca” (11) y “también” (16).
Referente a la modalización deóntica, diremos
que la autora no aconseja directamente al lector de su artículo. Aún así, y por
todo lo anteriormente explicado, podemos afirmar que el grado de modalización
es medio, por lo que el texto, aunque subjetivo, se vale también de la
exposición y de la objetividad para cumplir su intención.
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