domingo, 21 de febrero de 2016

ADECUACIÓN DEL TEXTO "REUNIÓN DE PASTORES, OVEJAS MUERTAS" (PAU, JULIO 2015)

ADECUACIÓN DEL TEXTO "REUNIÓN DE PASTORES, OVEJAS MUERTAS"

Definimos adecuación como la propiedad textual que muestra las decisiones tomadas por el emisor en cuanto al resto de elementos de la comunicación.
En primer lugar, diremos que el texto titulado “Reunión de pastores, ovejas muertas” pertenece al ámbito de uso periodístico, siendo concretamente un artículo de opinión. En cuanto a su tipología textual, es un texto expositivo-argumentativo, en el cual predomina la parte argumentativa. De exposición tiene que transmite algo de información objetiva sobre la celebración de cumbres internacionales y de unos hechos sufridos por unos refugiados. Sobre esto, la autora, Maruja Torres, da su opinión (ve inútiles esas cumbres puesto que las ve únicamente como un paripé) y aporta numerosos argumentos para cambiar nuestra opinión y así que pensemos como ella (parte argumentativa).
Por ello, no es de extrañar que las funciones del lenguaje predominantes son la expresiva (por la opinión manifestada) y la apelativa (intención de convencer al receptor). De manera secundaria, también está la función referencial (esa poca información que nos aporta). También sin tanta relevancia podemos señalar la función poética, puesto que encontramos una comparación (“como contundente rúbrica de su hipocresía”, 27) y dos metáforas (“peceras ideológicas”, 6, y “paren papeleo”, 23).
En cuanto al registro, como buen texto periodístico, este texto utiliza un registro estándar, aunque encontramos desviaciones al encontrar rasgos coloquiales (las expresiones “a cachos” en la línea 2 y “mueven el rabillo” de la 22, el sustantivo “paripé” en la 3, el verbo “cuela” en la 4, y el error morfosintáctico de la línea 7 –“me recuerda mucho (a) aquellas…”, donde falta la preposición-) y rasgos cultos como el uso de palabras como “grandiosas” (1), “caterva” (2), “escrupulosa” (5), “inéditos” (6), “etcétera” (10) (no aparece la abreviatura, sino la palabra entera), “pintorescas” (14), “desovan” (23) u “otorga” (26); así como el uso de oraciones subordinadas: una adverbial causal en la 3, una concesiva en la 4, varias de relativo (13, 14, 17, etc.). En este apartado que habla del registro (y del código), también es destacable el neologismo “desviajan” de la línea 23.
Po último, pasamos a analizar la modalización o grado de subjetividad del texto. Empezaremos por la modalización valorativa, donde vemos el uso de adjetivos subjetivos como “grandiosas” (1), “manifiesto” (4), “escrupulosa” (5), “paralela” (15), “yertas” (27) o “contundente” (27); sustantivos como “peceras ideológicas” (6), “la vecindad” (18, para referirse a Israel); adverbios como “extremadamente” (19) y expresiones como “Qué lástima” (26, que, aunque no lleve exclamaciones, el significado es el mismo). También se aprecian guiones largos para incluir aclaraciones, como los de las líneas 1-2 y 7-8; con la misma intención se utilizan las comas de la línea 21 (“aparte de los informadores…”). Vemos también el uso del diminutivo con valor apreciativo (“rabillo” (22) y el de figuras retóricas, como ya comentamos en el apartado de las funciones del lenguaje. Otro rasgo valorativo sería el cambio de registro.
En cuanto a la modalización epistémica, podemos afirmar que el grado de certeza es alto puesto que no encontramos adverbios ni expresiones que manifiesten incertidumbre, porque predominan las oraciones enunciativas y los verbos en presente, y porque encontramos adverbios que no dejan lugar a la duda: “nunca” (11) y “también” (16).
Referente a la modalización deóntica, diremos que la autora no aconseja directamente al lector de su artículo. Aún así, y por todo lo anteriormente explicado, podemos afirmar que el grado de modalización es medio, por lo que el texto, aunque subjetivo, se vale también de la exposición y de la objetividad para cumplir su intención.


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