ADECUACIÓN DEL TEXTO "A LOS PERIODISTAS"
Vamos a analizar la propiedad textual de la adecuación, la cual se
fija en la adaptación del emisor a los elementos de la comunicación (receptor,
canal, código, mensaje y contexto). Para ello, comenzaremos hablando del ámbito
de uso de este texto, que es el periodístico, concretamente se trata de un
artículo de opinión.
Respecto a su tipología textual, diremos que es
expositivo-argumentativo: es expositivo en tanto en cuanto nos da información
objetiva como la del piloto que causó el terrible accidente de avión, la
información de Eróstrato y lo de la cultura de la fama. Es argumentativo porque
trata de persuadir al receptor de su opinión sobre el tema de la fama, y lo
hace a través de muchos argumentos y sugerencias.
En cuanto a las funciones del lenguaje, podemos encontrar de
manera predominante las funciones expresiva (puesto, como hemos dicho antes,
que el autor nos quiere convencer de su opinión: filtrar la información para no
alimentar el ego de delincuentes) y apelativa (lo vemos, por ejemplo, en el uso
abundante de interrogaciones retóricas, así como en el uso de perífrasis de
obligación, como veremos más adelante). De manera secundaria, aparece la
función referencial, propia de los textos expositivos (ya lo justificamos en la
aparición de esta tipo de textos). Y, de forma puntual, vemos también función
metalingüística en la línea 6, cuando nos define el concepto de “erostratismo”.
Antes de pasar a la modalización, hablaremos del registro
utilizado por Rafael Reig en su artículo. Por ser de ámbito periodístico es
lógico que se utilice un registro sencillo como es el estándar. Si bien es
cierto que este aparece combinado con algún que otro rasgos, no muchos, de
registro culto y de registro coloquial. Del primer encontramos oraciones
subordinadas, como el relativo de la línea 1 (“de cuyo nombre no quiero
acordarme”, de paso haciendo alusión al principio de El Quijote), las concesivas de la línea 4 (“¿Aunque para ello…?”),
22 (“Aunque quizá…”) y 25 (“aunque sin olvidar…”), la modal de la línea 8 (“como
él mismo admitió”) y las condicionales de las líneas 16 (“Si cualquier asesino…”)
y 22 (“Si ya en Éfeso…”). También podemos ver el registro culto en sustantivos
como “erostratismo” (5), “actos delictivos” (6), “infamia” (18) o “anhelo” (24);
en los adjetivos “sórdida” (18), “embriagadora” (18), “infame” (23) o “funestas”
(27); y en verbos como “ignoro” 81). Del registro coloquial podemos señalar la
imprecisión del pronombre “algo” (3) y expresiones como “liquidarse” (3) o “dé
una buena campanada” (16).
Llegados ya a la modalización, es decir, a la subjetividad
manifestada en el texto por el emisor, empezaremos a comentar la modalización
valorativa. En ella encontramos especialmente adjetivos valorativos como el
superlativo “muy buen” (8), el adjetivo con modificador “más grave” (22) o los
adjetivos en grado positivo: “extremo” (5), “famoso” (8), “buena” (13), “culpable”
(14), “embriagadora” (18), “brutal” (20) o “imposible” (26). También podemos
señalar expresiones como “fama mundial” (3), “acontecimiento universal” (4), “discreta
soledad” (4), “a mi parecer” (13) u “obsesión enfermiza” (27).
Otro rasgo valorativo es el uso de comparaciones como la de la
línea 17: “como Eróstrato” y el de las interrogaciones retóricas, repartidas
por todo el texto, especialmente en el tercer párrafo. También podemos señalar
el uso de la primera persona, tanto del singular como del plural: ejemplos del
singular son “me” (1, 2), “mi” (13 y 28), “ignoro” (1), “quiero” (1); y del
plural: “nos” (5, 17, 21, 27), “nuestra” (18, 18, 23, 26, 27), “encontramos”
(5), “garantizamos” (20) y “sorprendemos” (21). Por último, volver a señalar el
cambio de registro, esta vez como rasgo valorativo.
En cuanto a la modalización epistémica, podemos afirmar que el
grado de certeza es medio puesto que encontramos adverbios y expresiones que
manifiestan cierta incertidumbre por parte del emisor (“puede que”, 14; o “quizá”,
22). Aunque predominan las oraciones enunciativas y los verbos en presente, y
porque encontramos adverbios y expresiones que no dejan lugar a la duda: “por
supuesto” (1), “siempre” (3) y “como se sabe” (7).
Por último, hablando de la modalización deóntica, encontramos la
perífrasis de obligación de la línea 25 (“Habrá que pensar”) y la última interrogación
del texto (“¿no podíamos cerrar la boca?”, 28), que no es otra cosa que una sugerencia
para frenar lo que denuncia el texto.
Por todo ello, podemos afirmar sin miedo que el grado de
modalización es alto, por lo tanto, es un texto muy subjetivo.
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