REUNIÓN DE PASTORES, OVEJAS MUERTAS
Maruja Torres
Julio 2015
COHESIÓN GRAMATICAL
La cohesión de un texto hace referencia
a la dimensión sintáctica y semántica del mismo, por lo que es la propiedad
textual por la que se establecen relaciones entre los enunciados que componen
un texto y lo conexionan mediante recursos sintácticos y semánticos.
Los mecanismos que cohesionan un
texto gramaticalmente son la deixis, las proformas, la foricidad, la elipsis,
las relaciones temporales y los conectores textuales.
La deixis. En este
artículo de Maruja Torres no abundan las deixis. Sin embargo, podemos señalar
algunas. En cuanto a deixis personales encontramos los siguientes verbos
en 1ª persona del plural, que incluyen al emisor y al receptor: “tomemos” (13),
“vámonos” (22; verbo con pronombre personal apocopado), “hacemos” (23) y “quedamos”
(23). De las que se refieren únicamente al emisor tenemos el pronombre personal
“me” (7) y el verbo “vienen” que, sin tener marca del emisor, sí indica
dirección hacia el lugar donde él se encuentra.
Por otra parte, vemos algunas deixis
temporales, además de los verbos que se comentarán en su correspondiente apartado.
Estas son: la expresión “hace unos días” (1); los adverbios “nunca” (3, 11) y “luego”
(23), y el sintagma preposicional “por unas horas” (13).
Pasamos ahora a tratar las proformas,
entre las que encontramos “personas” (13), “cosas” (8), varias formas del verbo
“hacer” (6 –sustituible por “se comportan como”-, 9 –utilizado como término general-,
20 –intercambiable por “convierten en”- y 23, donde aparece junto a “declaración”;
de manera que podría sustituirse todo por “declaramos” que, además de preciso,
es menos extenso).
A continuación, analizaremos los elementos
de foricidad. Empezamos por las anáforas. De ellas predominan las
expresadas por pronombres relativos, sobre todo, por “que”: en la línea 7 se
refiere a “ejecutivos de empresa”; en la 8, a “la marca”; en la 13, a “la
temática”; en la 15, uno a “Líbano” y otro a “Israel”; en la 18, a “los
cancilleres de gobiernos”; en la 25, a “ese Mediterráneo” y el de la 26, a “el
único abrazo” (hay más, pero solo señalamos una muestra). Otro pronombre
relativo que encontramos es “cuyo” (13), cuando habla del Mediterráneo. Otras anáforas
aparecen expresadas por el pronombre personal “se” (2, “buscándose”,
refiriéndose a “políticos internacionales”; y en la línea 10 habla de “los
ejecutivos”) o el pronombre personal “las” en “tratarlas” (4, “las
cumbres”). Además, hay determinantes, como el demostrativo de cercanía “estas”
de la línea 7 que se refiere a las “grandiosas cumbres” descritas en el primer
párrafo. O los determinantes posesivos “su” y “sus”: “su intención” (3, de “los
políticos internacionales”), “su mundo” (9, de “los ejecutivos de empresa”), “sus
hijos” (10, de “los ejecutivos de empresa”) o “su bandera” (20, de los países
nombrados anteriormente) y el
sustantivo “paripé”, que se refiere a “una forma estulta de justificar el cargo
y el sueldo” (3-4).
Como vemos, predominan las
anáforas en el texto. No ocurre lo mismo con las catáforas, de las que
podemos señalar el pronombre personal “se” de la línea 6 que se refiere a “los
anfitriones”.
En cuanto a las elipsis, prevalecen
las de sujeto sobre las demás. De ellas podemos señalar: “(las cumbres
internacionales) nunca funcionan” (3), “(las cumbres internacionales)
existieran más allá…” (5), “(los ejecutivos de empresa) lo que hacen” (9), “(los
ciudadanos) hacemos” (23), “(los ciudadanos) quedamos” (23), “(los políticos
internacionales) vienen” (23), “(los políticos internacionales) se van” (23), “(los
políticos internacionales) viajan” (23), “(los políticos internacionales)
desviajan” (23), “(los políticos internacionales) desovan” (23), “(los
políticos internacionales) paren” (23), “(los políticos internacionales) no
tuvieran vergüenza” (24). Entre el resto de elipsis, destacaremos las de verbos
y algún elemento más: “(si existieran más allá) del ir y venir” (5) o “los
políticos (lo solucionan) cambiando de cargo… pero nunca (lo solucionan)
renunciando…” (12).
A continuación, analizaremos el
eje temporal, el cual es el eje de la simultaneidad, puesto que la inmensa
mayoría de los verbos están conjugados en presente. Esto se debe, como dijimos
en la coherencia, de que habla de un tema actual. Algunos ejemplos son: “funcionan”
(3), “se hacen” (6), “representan” (8), “pasan” (10), “se ve” (17), “atentan”
(19), “cree” (21), “mueven” (22), “nacemos” (23), “dicen” (25), “otorga” (26). Si
bien es cierto que encontramos algunos verbos en pasado, lo cual es debido a
que hace referencia a algún hecho pasado que dan pie a los hechos actuales de
los que se habla. Así tenemos pretéritos perfectos simples: “reunió” (1), “fue”
(13); algún pretérito imperfecto (“eran”, 14; “estaba”, 14; “estaban”, 18.
Para terminar, y en lo relativo a
los conectores, diremos que destacan los de ejemplificación (“como”, 5,
6, 19, 20, 20, 23, 27). También apreciamos conectores de contraste como “sin
embargo” (4) y de adición (“y”: 19, 20, 25).
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